loultimoenpolitica.blogspot.com
LE PRESENTAMOS A NUESTROS LECTORES A ESTE NAZI CARNICERO DE LOS CAMPESINOS BOLIVIANOS
"Fuimos matados como chanchos, con ametralladoras, con rifles, con escopetas, con revólver. Los campesinos solo traían sus dientes, palos, ondas, no traían escopetas. Luego de los primeros disparos, algunos huyeron hacia el río Tahuamanu, pero les persiguieron y les dispararon", cuenta Shirley Segovia, sobreviviente de la masacre del Porvenir (Fuente: Tarija Libre).
ERBOL, la cadena de radio más importante de Bolivia, ha presentado testimonios dramáticos de los testigos, reproducimos el de la señora Zaida, una campesina del municipio de Filadelfia: "Ahí nos amanecimos en una zanja profunda que la abrió a las tres de la mañana, estaban las volquetas del Servicio Departamental de Caminos (SEDECAM), nos han traicionado los policías, ellos no nos han protegido, nos pedían que nos quedemos, y nos alcanzó una volqueta que desde ella nos dispararon; intentamos escapar por el río, pero disparaban al agua para matarnos". El jueves 11 de septiembre, aproximadamente mil campesinos se desplazaban hacia la ciudad de Cobija para participar en una reunión convocada por la base de Pando de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia. Ellos habían sido movilizados para apoyar al gobierno de Evo Morales y para enfrentarse a las huestes de los autonomistas que habían bloqueado carreteras, tomado el aeropuerto, saqueado negocios de los "indios occidentales" y atacado físicamente a los militantes del MAS en Cobija, capital de Pando.
Empleados de la prefectura y activistas cívicos armados los emboscaron cerca del puente Cachuelita (municipio del Porvenir), mediante una extensa zanja impidieron el paso de los campesinos y de algunas camionetas que los acompañaban. Posteriormente, se inició el infierno: los campesinos han declarado que muchos de ellos fueron acribillados por ametralladoras automáticas y que las volquetas del Servicio de Caminos atropellaron a dos campesinos.
25 muertos, 25 heridos y 106 desaparecidos. Muchos de los asesinados con disparos en la cabeza o en el corazón. El viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales, Sacha Llorente, informó este domingo que hubo identificación de los dirigentes, y luego, asesinato selectivo.
Leopoldo Fernández Ferreira, Prefecto de Pando, se ha convertido en el hombre más buscado por el gobierno boliviano. El otrora todopoderoso cacique que controló políticamente durante décadas este departamento selvático orientado a la agricultura y a la minería, se encuentra acusado de ser responsable de la "mayor masacre ocurrida en la democracia en Bolivia" en palabras de Alfredo Rada, Ministro de Gobierno.
Los asesinos directos son los paramilitares que pertenecen a la Prefectura de Pando (entre los cuales se sospecha la presencia de sicarios peruanos y brasileños) y los autodenominados cuerpos cívicos autonomistas. Sin embargo, el responsable político y autor intelectual es Leopoldo Fernández, el carnicero de Pando.
¿Quién es este personaje que con su accionar ha deslegitimado la causa autonomista y ha desnudado el carácter fascista de un sector de los dirigentes de la media luna?
Su historia revela la formación y el ascenso de un omnipotente cacique regional. Leopoldo Fernández ha salido victorioso en ocho elecciones consecutivas. Se ha desempeñado como diputado, senador, Ministro de Gobierno y Prefecto. Entre 1980 y 1982, fue responsable del Instituto de Colonización en Pando y alto funcionario de tres dictadores militares (García Meza, Torrelio y Vildoso). Posteriormente, recuperó protagonismo político al servicio de los presidentes Hugo Banzer y Jorge Quiroga entre 1997 y 2002.
Leopoldo Fernández siempre acalló toda oposición, ora con dinero, ora con violencia. En el año 2006, la Ministra de Gobierno Alicia Muñoz denunció y probó la existencia de 100 paramilitares entrenados por Fernández. Sin embargo, él logró desvirtuar las acusaciones alegando que se desempeñaban como fuerzas de seguridad ciudadana y prosiguió ejerciendo el control sobre ese departamento tropical convertido en su feudo particular.
Pando es un departamento ubicado al extremo norte de Bolivia. Tiene frontera con Perú y Brasil. En promedio hay menos de mil habitantes por cada mil kilómetros cuadrados, su población bordea los 60 mil habitantes, la gran mayoría campesinos. El departamento presenta una concentración de la propiedad de tierras agrícolas fértiles en manos de unas cuantas familias (Sonnenschein, Hecker Hasse, Becerro Roca, Vaca Roca, Peñaranda, Barbery Paz, Claure, Villavicencio Amuruz, entre otras), todas ellas ligadas a Fernández.
Leopoldo Fernández tiene 56 años. Estudió Ingeniería Civil y Ciencias Políticas, pero no acabó ninguna de estas. Ha declarado un patrimonio de 1.4 millones de dólares, latifundista, ganadero y dedicado, últimamente, al comercio de castañas. En las elecciones revocatorias de agosto, Evo Morales ganó en tres provincias de las cinco del departamento de Pando: esto significó un golpe al hígado para Fernández. Hoy conocemos su venganza.
En la noche del domingo 14, se inició una negociación entre Mario Cossío, prefecto de Tarija y representante de la CONALDE (Consejo Nacional Democrático), y el Vicepresidente Álvaro García Linera. El gobierno está dispuesto a negociar la conciliación y articulación jurídica entre las demandas de autonomía regional y la nueva Constitución Política, un acuerdo fiscal sobre el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y un nuevo pacto social que siente las bases de la paz en Bolivia, pero lo que no se negociará es el crimen y el asesinato a mansalva de campesinos.
La muerte de varones, mujeres y niños campesinos a manos de este puñado de terroristas que seguían las órdenes de un empresario que se creía dueño del departamento de Pando se inscribe en la larga historia de dominación y violencia contra la población aborigen en Bolivia. Sin embargo, esta masacre se está convirtiendo en la mayor derrota de las fuerzas autonomistas, que con el rabo entre las piernas, han tenido que levantar los bloqueos de carreteras y sus violentas medidas de lucha.
La sangre indígena del Porvenir anuncia una nueva coyuntura política, cuyos efectos todavía no se vislumbran, pero que, seguramente, consolidarán al gobierno de Evo Morales. Si en agosto, Evo triunfó en 95 de las 112 provincias del territorio boliviano, hoy su deseo de justicia para los muertos y sanción para el carnicero de Pando es respaldado por toda la América democrática.
ERBOL, la cadena de radio más importante de Bolivia, ha presentado testimonios dramáticos de los testigos, reproducimos el de la señora Zaida, una campesina del municipio de Filadelfia: "Ahí nos amanecimos en una zanja profunda que la abrió a las tres de la mañana, estaban las volquetas del Servicio Departamental de Caminos (SEDECAM), nos han traicionado los policías, ellos no nos han protegido, nos pedían que nos quedemos, y nos alcanzó una volqueta que desde ella nos dispararon; intentamos escapar por el río, pero disparaban al agua para matarnos". El jueves 11 de septiembre, aproximadamente mil campesinos se desplazaban hacia la ciudad de Cobija para participar en una reunión convocada por la base de Pando de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia. Ellos habían sido movilizados para apoyar al gobierno de Evo Morales y para enfrentarse a las huestes de los autonomistas que habían bloqueado carreteras, tomado el aeropuerto, saqueado negocios de los "indios occidentales" y atacado físicamente a los militantes del MAS en Cobija, capital de Pando.
Empleados de la prefectura y activistas cívicos armados los emboscaron cerca del puente Cachuelita (municipio del Porvenir), mediante una extensa zanja impidieron el paso de los campesinos y de algunas camionetas que los acompañaban. Posteriormente, se inició el infierno: los campesinos han declarado que muchos de ellos fueron acribillados por ametralladoras automáticas y que las volquetas del Servicio de Caminos atropellaron a dos campesinos.
25 muertos, 25 heridos y 106 desaparecidos. Muchos de los asesinados con disparos en la cabeza o en el corazón. El viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales, Sacha Llorente, informó este domingo que hubo identificación de los dirigentes, y luego, asesinato selectivo.
Leopoldo Fernández Ferreira, Prefecto de Pando, se ha convertido en el hombre más buscado por el gobierno boliviano. El otrora todopoderoso cacique que controló políticamente durante décadas este departamento selvático orientado a la agricultura y a la minería, se encuentra acusado de ser responsable de la "mayor masacre ocurrida en la democracia en Bolivia" en palabras de Alfredo Rada, Ministro de Gobierno.
Los asesinos directos son los paramilitares que pertenecen a la Prefectura de Pando (entre los cuales se sospecha la presencia de sicarios peruanos y brasileños) y los autodenominados cuerpos cívicos autonomistas. Sin embargo, el responsable político y autor intelectual es Leopoldo Fernández, el carnicero de Pando.
¿Quién es este personaje que con su accionar ha deslegitimado la causa autonomista y ha desnudado el carácter fascista de un sector de los dirigentes de la media luna?
Su historia revela la formación y el ascenso de un omnipotente cacique regional. Leopoldo Fernández ha salido victorioso en ocho elecciones consecutivas. Se ha desempeñado como diputado, senador, Ministro de Gobierno y Prefecto. Entre 1980 y 1982, fue responsable del Instituto de Colonización en Pando y alto funcionario de tres dictadores militares (García Meza, Torrelio y Vildoso). Posteriormente, recuperó protagonismo político al servicio de los presidentes Hugo Banzer y Jorge Quiroga entre 1997 y 2002.
Leopoldo Fernández siempre acalló toda oposición, ora con dinero, ora con violencia. En el año 2006, la Ministra de Gobierno Alicia Muñoz denunció y probó la existencia de 100 paramilitares entrenados por Fernández. Sin embargo, él logró desvirtuar las acusaciones alegando que se desempeñaban como fuerzas de seguridad ciudadana y prosiguió ejerciendo el control sobre ese departamento tropical convertido en su feudo particular.
Pando es un departamento ubicado al extremo norte de Bolivia. Tiene frontera con Perú y Brasil. En promedio hay menos de mil habitantes por cada mil kilómetros cuadrados, su población bordea los 60 mil habitantes, la gran mayoría campesinos. El departamento presenta una concentración de la propiedad de tierras agrícolas fértiles en manos de unas cuantas familias (Sonnenschein, Hecker Hasse, Becerro Roca, Vaca Roca, Peñaranda, Barbery Paz, Claure, Villavicencio Amuruz, entre otras), todas ellas ligadas a Fernández.
Leopoldo Fernández tiene 56 años. Estudió Ingeniería Civil y Ciencias Políticas, pero no acabó ninguna de estas. Ha declarado un patrimonio de 1.4 millones de dólares, latifundista, ganadero y dedicado, últimamente, al comercio de castañas. En las elecciones revocatorias de agosto, Evo Morales ganó en tres provincias de las cinco del departamento de Pando: esto significó un golpe al hígado para Fernández. Hoy conocemos su venganza.
En la noche del domingo 14, se inició una negociación entre Mario Cossío, prefecto de Tarija y representante de la CONALDE (Consejo Nacional Democrático), y el Vicepresidente Álvaro García Linera. El gobierno está dispuesto a negociar la conciliación y articulación jurídica entre las demandas de autonomía regional y la nueva Constitución Política, un acuerdo fiscal sobre el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y un nuevo pacto social que siente las bases de la paz en Bolivia, pero lo que no se negociará es el crimen y el asesinato a mansalva de campesinos.
La muerte de varones, mujeres y niños campesinos a manos de este puñado de terroristas que seguían las órdenes de un empresario que se creía dueño del departamento de Pando se inscribe en la larga historia de dominación y violencia contra la población aborigen en Bolivia. Sin embargo, esta masacre se está convirtiendo en la mayor derrota de las fuerzas autonomistas, que con el rabo entre las piernas, han tenido que levantar los bloqueos de carreteras y sus violentas medidas de lucha.
La sangre indígena del Porvenir anuncia una nueva coyuntura política, cuyos efectos todavía no se vislumbran, pero que, seguramente, consolidarán al gobierno de Evo Morales. Si en agosto, Evo triunfó en 95 de las 112 provincias del territorio boliviano, hoy su deseo de justicia para los muertos y sanción para el carnicero de Pando es respaldado por toda la América democrática.
1 comentario:
El carnicero de El Porvenir
http://bolivia.indymedia.org/node/44052
Publicar un comentario