11 abr 2009

"En negro": el 60% de la población mundial trabaja en esta modalidad


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La crisis financiera recesiva (que se expande por todo el planeta) ya derivó en "crisis social" por medio de dos actores centrales: La baja de la capacidad de consumo y la desocupación, que afecta principalmente a los sectores más pobres y vulnerables de la sociedad mundial. A este escenario, según un informe de la OCDE, se agrega un dato central: El 60% de la población laboral mundial trabaja sin contrato de trabajo ni prestaciones sociales. Esta situación -según los especialistas- va a derivar en que ese sector, sin cobertura ni protección legal, sea despedido en masa cuando la crisis recesiva se profundice y las empresas decidan "achicar costos laborales" para preservar su rentabilidad.

Informe especial

La "crisis social" afecta de manera diferente en la pirámide social: En las clases altas y medias se proyecta como una "reducción del consumo" (principalmente suntuario), en cambio en las clases bajas y marginales se expresa en la desocupación y en una restricción del consumo de los productos básicos para la supervivencia (principalmente alimentos y servicios esenciales).

Pero a ese escenario emergente de la crisis que se proyecta desde el capitalismo central a la periferia, hay que agregar un informe presentado el martes por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en París: El 60% de la población activa mundial trabaja sin contrato de trabajo ni prestaciones sociales.

"Hay un claro vínculo entre empleo informal -sin contrato- y la pobreza", indicó uno de los autores del informe, que pronostica que en 2020 el trabajo sumergido implicará al 66% de la población.

"Claro vínculo entre empleo informal y pobreza", fue lo que resaltó en conferencia de prensa Johannes Jütting, coautor del informe, que precisó que unos 700 millones de esos trabajadores viven en la pobreza extrema y 1.200 millones tienen ingresos inferiores a dos dólares diarios.

Según la OCDE, este hecho provoca que "más de la mitad de la población no posea beneficios sociales". Esta situación va a ser más alarmante con el correr de los años y puede alcanzar a los dos tercios de la población activa en el año 2020.

"En los países en desarrollo donde la indemnización por desempleo no existe, aquellos a los que la crisis financiera priva de su empleo declarado se ven obligados a aceptar empleos informales", precisa el informe.

El informe advierte que "el empleo informal tiene un costo" en primer lugar por la precariedad de los trabajadores, sometidos al riesgo de una caída de los salarios en tiempos de crisis (ante la competencia de los despedidos del sector formal) y en segundo lugar por una ausencia de protección social que los expone a la pobreza creciente.

Al mismo tiempo, el documento admite que "el recurso de los circuitos informales puede tener efectos positivos en el desarrollo económico de ciertos países donde las formalidades administrativas son un obstáculo a la creación de empresas".

En los países subdesarrollados y emergentes más de 900 millones de trabajadores se pueden considerar informales -sin seguridad social- y si se incluyen los del sector agrícola la cifra se eleva a cerca de 2.000 millones, según el informe de la OCDE.

Los autores del estudio señalan que uno de los efectos del incremento de la competencia internacional por la globalización es que, "en un intento de abaratar costos, ciertos trabajadores de los propios países de la OCDE pasan a engrosar las filas del empleo informal, a veces bajo la forma de autónomos".

La chispa del estallido social


Pero este escenario de masa laboral "desprotegida", que el sistema puede expulsar cuando quiere y sin ningún tipo de compensación, es parte integrante de un "cuadro general" de la exclusión y la marginalidad formado por: 1.400 millones de pobres, 963 millones de hambrientos y 190 millones de desempleados, en total 2.553 millones de personas (un 38% de la población humana), registrados -según la ONU y el Banco Mundial- en situación precaria antes del colapso financiero en las metrópolis imperialistas.

Mientras que en la pirámide del colapso recesivo global, para un rico o un clase media alta la "crisis social" significa un "achicamiento del cinturón" (prescindir de productos suntuarios o de algún confort), para un integrante de la clase baja significa quedar desocupado o perder capacidad de supervivencia a través de la reducción de su salario.

De manera tal, que en la crisis social se proyectan las mismas variables que en el resto de la economía capitalista: El peso de la crisis golpea con fuerza sobre la base del triángulo social más desposeído (obreros asalariados y pobres) mientras se atenúa en el medio y en el vértice (empresarios, ejecutivos y profesionales) , donde se concentra la mayoría de la riqueza acumulada por la explotación capitalista.

Se estima que en el actual proceso de crisis financiera recesiva, que tuvo su epicentro en EEUU y Europa y que ya se extiende por las potencias centrales y el mundo periférico, unas 1000 millones de personas van a ser expulsadas del circuito del consumo por la desocupación masiva desatada sobre los trabajadores y sus grupos familiares por el cierre de fábricas y empresas.

La amenaza de desocupación masiva es el núcleo esencial, el detonante central de los conflictos sociales que hoy ya se extienden por Europa y que se van a proyectar a corto plazo (por vía de los bancos y empresas transnacionales que despiden masa laboral a escala global) a toda la periferia de Asia, África y América Latina.

Los medios y analistas del sistema (que informan a las sociedades a escala masiva) tienen centrada su "preocupación en las pérdidas de los grandes consorcios empresariales transnacionales, en la reducción de las grandes fortunas de los súper ricos y en la devaluación de los multimillonarios sueldos de los ejecutivos de las metrópolis de EEUU y Europa.

Casi no hay informes (y los que hay son manipulados y reducidos) de cómo la crisis de los países centrales ya impacta en las economías y en las sociedades de los países subdesarrollados de Asia, África y América Latina, donde se concentra la mayoría del hambre y la pobreza a escala planetaria.

Mientras las potencias capitalistas centrales se concentran en "combatir la pobreza" con un presupuesto de US$ 896 millones, los primeros veinte supermillonarios de la lista Forbes concentran juntos una cifra de más de US$ 400.000 millones.

Esa cifra (en manos de sólo veinte personas) equivale casi al PBI completo de Sudáfrica, la economía central de Africa, cuya producción equivale a un cuarto de la producción total africana.

Mientras 20 súper multimillonarios acumulan una fortuna equivalente a un cuarto de la producción total africana, según la FAO, en el África subsahariana, una de cada tres personas (236 millones en 2007) sufre de desnutrición crónica.

La gran mayoría de las personas desnutridas en el mundo (mil millones) vive en países en desarrollo, según la FAO, y de ellas, el 65 por ciento se concentra en siete países: la India, China, la República Democrática del Congo, Bangladesh, Indonesia, Pakistán y Etiopía. Casi dos tercios (583 millones en 2007) de los hambrientos del mundo viven en Asia.

Como contrapartida (y demostración de lo que produce el capitalismo), esas zonas marcadas por una altísima y creciente concentración de hambre y pobreza, figuran en las estadísticas económicas mundiales como las mayores generadoras de riqueza y rentabilidad empresarial capitalista de los últimos diez años.

Tanto el "milagro asiático" como el "milagro latinoamericano" (del crecimiento económico sin reparto social) se construyeron con mano de obra esclava y con salarios en negro. Esto lleva a que, al caerse el "modelo" por efecto de la crisis recesiva global, el grueso de la crisis social emergente con despidos laborales en masa se vuelque en esas regiones.

Y tampoco es casualidad que en estas regiones subdesarrolladas o "emergentes" de Asia, África y América Latina se registre el mayor índice de población laboral en "negro" y la mayor cantidad de pobres, desocupados y excluidos que registra el sistema capitalista a escala global.

Pero de esta cuestión estratégica, vital para la comprensión de la crisis global y su impacto social masivo en las clases sociales más desprotegidas del planeta, la prensa internacional no se ocupa.

Los medios locales e internacionales están ocupados en dilucidar la "disminución de las fortunas de los ricos" y la pérdida de rentabilidad de las empresas y bancos que han generado la crisis por exceso de depredación capitalista y de concentración de riqueza, por medio de la explotación y apropiación del trabajo social colectivo.

En este escenario, y como sucede cíclicamente, nuevamente los sujetos y actores de la crisis social, los motorizadores de las revueltas colectivas (tanto en los países centrales como en las periferias de Asia, África y América Latina) van ser los millones de desocupados y expulsados del mercado del consumo que no van a tener medios de subsistencia para sus familias.


Los Tigres Asiáticos huyeron como conejos


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"Tigres asiáticos", "fabricas baratas" con mano de obra esclava, o reinados de los "paraísos fiscales" del capitalismo transnacionalizado, cualquiera de estas denominaciones les cabe a los países que, liderados por China y Japón, se disponían a inaugurar en Tailandia la Cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) - que se realizaba en la ciudad balneario tailandesa de Pattaya.Terminaron huyendo por la azotea en helicópteros.

Foto: En la imágen superior los manifestantes ingresan a la sala de la Cumbre pero los "Tigres" (miau) ya habáin huído

Informe

Manifestaciones en Tailandia

Los "camisas rojas" buscan la disolución del Parlamento y nuevas elecciones

El evento fue cancelado finalmente a raíz de las manifestaciones en contra que terminaron en violentos enfrentamientos que obligaron a la cancelación de la cumbre mientras los participantes (rodeados en el centro de deliberaciones) emprendían la huida acelerada en helicópteros.

La cumbre de líderes de Asia en Tailandia fue suspendida después de que unos manifestantes opositores al Gobierno vulneraran la seguridad e ingresaran en un centro de medios del hotel donde se realizaría la reunión.

Aproximadamente la mitad de los líderes que se habían reunido en la ciudad tailandesa de Pattaya para la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) fueron evacuados después de que el Gobierno cancelara la reunión por los violentos enfrentamientos registrados en la mañana del sábado.

El primero en ser evacuado en helicóptero hasta la base militar de U-Tapao, situada en las afueras de la ciudad, fue el primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, quien recibió al resto de los dirigentes a medida que llegaban, dijeron empleados del aeródromo.

Entre ellos, a los primeros ministros de Birmania, general Thein Sein, y de Vietnam, Nguyen Tan Dung, así como a la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, quien hacía sólo unas horas que se encontraba en Tailandia.

Los dirigentes de China, Corea del Sur, y Japón, con los que sus homólogos tenían previsto reunirse a lo largo del día, permanecían en sus hoteles a la espera de emprender regreso, después de que los manifestantes impidieran la reunión que los ministros de Asuntos Exteriores de estos tres países habían programado para abordar el reciente lanzamiento de su cohete por Corea del Norte.

Según informó el portavoz del Ministerio de Exteriores, Tharit Charungvat, la mitad de los representantes que se encontraban en el hotel Royal Cliff "fueron evacuados en helicóptero".

El primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, declaró el "estado de emergencia" en Pattaya para intentar calmar las protestas antigubernamentales, que -según afirma- no tienen nada que ver con la cumbre sino con el descontento por la labor del gobierno.

"Mi labor y la del Gobierno ahora es garantizar la seguridad de los líderes para que viajen de vuelta a casa", explicó Abhisit Vejjajiva en un mensaje televisado.

La decisión de cancelar la cumbre se tomó después de que manifestantes - que protestan contra el gobierno de Tailanndia - interrumpieron por segundo día consecutivo en la cumbre, forzando la postergación de los eventos programados.

Cientos de manifestantes que vestían camisetas rojas, partidarios del depuesto primer ministro Thaksin Shinawatra, superaron las líneas de soldados y rompieron una ventana del centro de conferencias adjunto al lugar de la reunión, el hotel Royal Cliff, con silbatos, ondeando banderas y gritando consignas.

Soldados los persiguieron, pero luego retrocedieron y se dirigieron hacia el hotel para evitar que los manifestantes accedieran al lugar donde los líderes de Asia debían reunirse para almorzar.

"Hubo al menos dos casos de tiroteos que tenían por objetivo herir a partidarios de los camisetas rojas, una evidencia clara de que los seguidores del gobierno poseían armas y las usaban directamente contra nosotros", dijo el Frente Unido de la Democracia contra la Dictadura.

Los manifestantes, que apoyan al ex primer ministro Thaksin Shinawatra, exigen la disolución del Parlamento y nuevas elecciones.

El corresponsal de la BBC en el Sudeste Asiático, Jonathan Head, dijo que las fuerzas de seguridad tailandesas no han podido dispersar a los grupos de manifestantes - uniformados en camisas rojas - que abandonaron sus movilizaciones en la capital Bangkok para concentrarse alrededor de la cumbre en Pattaya.

No permitieron que el canciller de Japón saliera de su hotel y una cita entre el primer ministro de China Wen Jiabao y líderes del Sudeste Asiático en torno a un acuerdo de libre comercio tuvo que ser aplazada.

Esta cumbre ya había sido pospuesta el año pasado debido a la prolongada crisis política en Tailandia.

Los líderes de las naciones del sudeste de Asia planearon la cumbre en Tailandia para afrontar la crisis financiera mundial con políticas macroeconómicas y monetarias flexibles, según indicó el borrador de un comunicado obtenido por Reuters.

Los 10 miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés) también se comprometieron a trabajar con el grupo G20 para reformar las instituciones financieras internacionales y resistir medidas proteccionistas.

Antes de la cancelación de cumbre, el primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, dijo que los líderes de ASEAN necesitaban acordar medidas para lidiar con una profundización de la crisis financiera mundial, que ha perjudicado sus economías dependientes de exportaciones.

“Hemos acordado que las políticas macroeconómicas más coordinadas y contra-cíclicas son la mejor respuesta a la crisis financiera mundial”, sostuvo.

“Algunos gobiernos ya han implementado paquetes de estímulo fiscal para impulsar la demanda doméstica y tener una política monetaria adecuada que permita al sector bancario continuar con sus funcionarios”, señaló.

La Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN) fue fundado el 8 de agosto de 1967 por cinco países: Thailandia, Indonesia, Malasia, Singapur y Filipinas y China.

En la actualidad cuenta con 10 estados miembros, los cinco fundadores mas Vietnam, Laos, Camboya, Brunéi y Birmania, un país candidato Timor Oriental y un país observador Papúa-Nueva Guinea. Junto con Japón, Corea del Sur y China forman el foro ASEAN+3.

En relación a los mercados conformados por la globalización capitalista trasnacional, por tamaño de población se puede decir que el bloque de los países asiáticos representa alrededor de la tercera parte de la población mundial.

Ya en el año 1992 la ASEAN acordó establecer a partir de 1993 una zona de "libre comercio" (promovido a escala planetaria por el llamado Consenso de Washington) además de la reducción de los tarifas a bienes no agrícolas por un lapso de 15 años.

La reunión de la ASEAN en julio de 1994 estableció el reconocimiento de la necesidad de relaciones internas más próximas, el aumento de sus miembros y un papel mayor en la seguridad regional después del fin de la guerra fría. Papúa-Nueva Guinea tiene estatuto de país observador, y Corea del Sur tiene un estatuto especial. IAR

Tailandia declara estado excepción en Pattaya/Cumbre Asiática suspendida



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Fue cancelada la Cumbre de Países del Sudeste Asiático debido a la revuelta. Un portavoz gubernamental ha asegurado que algunos de los líderes que participaban en el encuentro "han empezado a abandonar el recinto". Todas las fuerzas del gobierno están destinadas a asegurar la integridad de todos los gobernantes asiáticos y la vuelta a sus países

Los violentos choques que se vienen sucediendo desde primera hora de la mañana en la ciudad tailandesa de Pattaya han dejado varios heridos entre los manifestantes antigubernamentales, que asaltaron el centro de prensa próximo al hotel donde se iba a celebrar la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), lo que ha obligado a cancelarla por motivos de seguridad.

Cientos de personas ataviadas con camisetas rojas, seguidores del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, se enfrentaron a las fuerzas de seguridad que custodiaban la sede de la reunión y también a otros manifestantes vestidos con camisetas azules que defienden al actual Gobierno, según informa el diario local 'The Nation'.

No obstante, el portavoz del Ejecutivo, Panithan Watanayagorn, desmintió que los 'camisas azules' fueran promovidos por las autoridades, y afirmó que son sólo un grupo de personas que defendían la celebración de la cumbre de la ASEAN. En su opinión, querían evitar que los 'camisas rojas' perturbaran el normal desarrollo del encuentro.

Por ello, aseguró que el Gobierno está investigando la presencia en las manifestaciones de estos 'camisas azules', de los que dijo que podrían también ser arrestados si han cometido algún acto ilegal, informa 'The Nation'.

Ante la gravedad de la situación, el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, declaró el estado de emergencia en toda Pattaya para intentar calmar las protestas y facilitar el regreso de todos los líderes del sudeste asiático que se habían reunido en esta ciudad tailandesa. "Mi labor y la del Gobierno ahora es garantizar la seguridad los líderes para que viajen de vuelta a casa", explicó Abhisit en un mensaje televisado.

Una vez anunciada la cancelación de la cumbre de la ASEAN por los violentos choques registrados en las proximidades del hotel Royal Cliff, cerca del cual los manifestantes, armados con petardos, cócteles molotov y palos, irrumpieron en el centro de prensa provocando importantes destrozos, las autoridades de Tailandia están organizando el regreso a sus países de los líderes del sureste asiático que iban a participar en la reunión.

"Estamos preocupados por la seguridad de los líderes y de la gente, incluidos los manifestantes. Estamos trabajando muy duro para controlar la situación", señaló Panithan, mientras que el portavoz del Ministerio de Exteriores, Tharit Charungvat, subrayó que los representantes de los países no eran el objetivo de los asaltantes, sino que éstos sólo quieren "humillar al Gobierno".

Tanto el ex primer ministro depuesto Thaksin Shinawatra como los 'camisas rojas' habían declarado que considerarían la cancelación de la cumbre como una victoria de sus protestas contra el Ejecutivo de Abhisit Vejjajiva, a quien no consideran un primer ministro legítimo porque dicen que accedió al cargo en un proceso judicial "injusto" contra los partidos leales a Thaksin. Por ello, piden la dimisión del Gobierno.

Decenas de miles exigen la renuncia del Presidente de Georgia


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El Presidente de Georgia se resiste a renunciar luego que decenas de miles de personas se manifestaran en las calles reclamando su renuncia por la guerra con Rusia y actitudes antidemocráticas.

Tblisi. Manifestantes en Georgia llamaron hoy a una extendida desobediencia civil luego que el presidente Mijail Saakashvili desafió masivas protestas callejeras y rechazó las demandas de la oposición de que renuncie. Líderes opositores, que llevaron a 60 mil personas a las calles de Tblisi el jueves y 20 mil el viernes, se movieron para bloquear las rutas que llevan a la oficina de Saakashvili. Los inconformes exigen la renuncia del mandatario por lo que califican como un mal manejo de la democracia y la desastrosa guerra del año pasado con Rusia.