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1 may 2009

EEUU: Limitan a tarjetas de crédito


loultimoenpolitica.blogspot.com

La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó abrumadoramente a favor de una ley que protege a los usuarios de tarjetas de crédito frente a comisiones ocultas, aumentos repentinos de las tasas de interés y de prácticas de facturación cuestionables.


La cámara votó 357 a 70 en favor del Proyecto para los Derechos de Usuarios de Tarjetas de Crédito, patrocinado por la demócrata de Nueva York, Carolyn Maloney.

Este año, 107 republicanos votaron a favor del acuerdo, frente a los 84 republicanos que votaron un proyecto similar el año pasado.

"Hoy, la Cámara de Representantes envió un mensaje a la población estadounidense de que una regulación responsable forma parte de la nueva era de responsabilidad financiera," dijo Maloney.

Los bancos, que se opusieron a la legislación, advirtieron de que podría reducir la cantidad de crédito disponible y encarecer el uso de las tarjetas de crédito.

La Asociación de Banqueros Americanos, que representa a las grandes emisoras, dijo que tenía "serias preocupaciones" por el proyecto.

El presidente Barack Obama, quien respalda los esfuerzos del Congreso para supervisar la industria, emitió un comunicado alabando el proyecto por "allanar el camino hacia una verdadera y significativa reforma de las tarjetas de crédito."

Los demócratas, que controlan el Congreso, añadieron cerca de una docena de enmiendas al proyecto, incluida una que requiere a las emisoras de tarjetas que mantengan bajas las tasas iniciales por al menos seis meses, y que adviertan a los tenedores de tarjetas si están cerca o excedieron sus límites de crédito, lo que les evitará pagar las multas.

En el 2007, los estadounidenses usaron unas 694,4 millones de tarjetas de crédito con los logotipos de Visa Inc, MasterCard Inc, American Express Co y Discover Financial Services, según datos de la industria.

Citigroup Inc, Bank of America Corp, JPMorgan Chase & Co y Capital One Financial Corp dominaban cerca del 77 por ciento del mercado de tarjetas de crédito a finales del 2007.

24 abr 2009

Obama quiere controlar la "deuda plástica"


loultimoenpolitica.blogspot.com

El Presidente Obama argumenta que quiere proteger a los ciudadanos estadounidenses mediante los límites al mercado de las tarjetas de crédito de EEUU. La herramienta sería poner coto a las tarifas y tasas de interés. Mientras tanto, la morosidad en el mercado del plástico ha llegado a los niveles más altos en los últimos 20 años.


enlace: FMI advierte: "creemos que la crisis está lejos de acabar"



El presidente Barack Obama discutirá este jueves con los ejecutivos de las 14 mayores compañías de crédito de EEUU formas para incrementar la protección a los consumidores y límites a las tarifas e incrementos en las tasas de interés.

La reunión se produce después de que el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes aprobara un proyecto de ley que limitará los aumentos de las tasas de interés sobre los balances existentes y prohibirá las tarifas injustificadas.

El servicio de tarjetas de crédito para el consumo que ofrecen las entidades financieras es bien conocido. La entidad ofrece a su cliente una tarjeta con un límite determinado de crédito con la que puede pagar las compras que desee hasta consumir la cantidad acordada.

Luego, el cliente devuelve a la entidad el importe en el plazo y con el interés establecido. La entidad renuncia a un dinero presente para obtener un beneficio futuro.

Es decir, que no deja de ser un tipo de préstamo, un tipo de crédito. El proyecto aprobado en la Cámara de Representantes pretende limitar los aumentos de las tasas de interés y prohibirá tarifas que considere injustificadas por el uso de estas tarjetas. De momento, se desconoce que entiende la Casa Blanca por injustificadas.

El problema es que la crisis económica y financiera que azota los mercados internacionales ha disparado la morosidad en los créditos al consumo (tarjetas de crédito). En el caso de España, en enero ésta tasa de morosidad se había disparado un 77% (el total de la mora de hogares y empresas creció un 143%).

En EEUU la situación no es más favorable. Según informa Reuters, la morosidad de las tarjetas de crédito en este país creció en febrero a su nivel más alto en casi 20 años, con pérdidas particularmente fuertes de American Express Co (AmEx) y Citigroup en medio de la recesión económica.

Crece el desempleo

Unos niveles que no extrañan, a juzgar por los datos de paro conocidos este mismo jueves. Según informa el departamento de Trabajo de EEUU las peticiones iniciales de subsidio por desempleo alcanzaron la semana pasada las 640.000 solicitudes, 27.000 más que la semana anterior.

Tal y como recoge Europa Press, la media móvil de las cuatro últimas semanas alcanzó las 646.750 peticiones de subsidio, lo que supone un descenso de 4.250 personas respecto a la semana pasada. No obstante, la cifra de personas que perciben subsidio de paro en EEUU aumentó por decimosegunda semana consecutiva hasta un nuevo récord de 6,13 millones de personas.

La consigna parece ser la tan manida "reactivación del crédito". Pero a mayor riesgo de impago, mayor endurecimiento de las concesiones de crédito. Por otro lado, no deja de resultar llamativa la iniciativa de la Administración Obama después de inyectar casi 12 billones de dólares (según los cálculos de algunos analistas) en rescates bancarios.

Por este motivo, el sector bancario estadounidense ha indicado que si esa legislación entrase en vigor el resultado será un aumento de precios y un menor acceso al crédito para los consumidores.

"Helicóptero Bernanke"

Precisamente, lo contrario de lo que Obama, Bernanke y Geithner dicen buscar. Mientras, en EEUU ya conocen al presidente de la Reserva Federal como "Helicóptero Ben", recordando aquella teoría de Friedman del saco de billetes bajo un helicóptero que repartiría la moneda entre los ciudadanos.

Entre los rescates y unos tipos de interés que rozan el 0% los EEUU siguen inundándose de billetes, que llegan primero a aquellas grandes compañías que habían cometido excesos, tienen grandes agujeros y necesitan la ayuda del Estado para no quebrar. Por otro lado, el resto de compañías y contribuyentes siguen sufriendo carencia de liquidez y poder adquisitivo.

De nuevo, como afirman algunos economistas, esta explosión de dinero beneficia de manera inmerecida a aquellos actores sociales mejor situados ante la máquina de hacer billetes.

En resumen, la Administración Obama mantiene prendidos los motores de la máquina de dinero para rescatar a los bancos a quienes no les deja que devuelvan el dinero prestado. El siguiente paso ya está en la cocina: será la Administración la que regule el mercado de las tarjetas de crédito.

Transparencia y equidad

En cambio, según ha dicho Valerie Jarrett, asesora principal de Obama, la Casa Blanca colabora con el Congreso en "la promoción de simplicidad, más transparencia, equidad y una clara rendición de cuentas para proteger a los consumidores contra prácticas abusivas y engañosas", según recoge Efe.

En los últimos dos años, a medida que se contrajo el crédito, las compañías que extienden las tarjetas a los consumidores han incrementado sustancialmente los intereses, aún sobre balances anteriores, y han multiplicado las comisiones por conceptos que no siempre se explican en términos inteligibles para el consumidor.

El proyecto de ley en la Cámara de Representantes, y uno similar que discute el Senado, sustentan los esfuerzos de los grupos defensores del consumidor y numerosos demócratas en el Congreso que buscan una reforma de las reglas en las prácticas de préstamos.

23 abr 2009

Obama ataca a la industria de las tarjetas de crédito por sus tarifas e intereses

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El presidente de EEUU, Barack Obama, está dispuesto a meterle mano a las lucrativas compañías de tarjetas de crédito. De hecho, hoy se reunirá con representantes de la industria a los que pretende regañar por sus injustas tarifas e intereses. Además advertirá a los norteamericanos que se anden con ojo antes de hacer un uso inadecuado de sus tarjetas.

El mandatario tiene previsto criticar duramente hoy a las compañías de tarjetas a las que acusará de esconder algunas de sus tarifas para aprovecharse del desconocimiento de los ciudadanos estadounidenses.

En plena crisis, muchas personas han recurrido a las tarjetas de crédito para sobrevivir. Aquellos que hayan vivido a este lado del Atlántico sabrán que todos los días decenas de tarjetas pre aprobadas llegan a los buzones de los estadounidenses esperando que piquen el anzuelo.

De hecho, la Cámara de Representantes y el Senado analizan la aprobación de una ley para regular las tarjetas de crédito. La ley limitaría la capacidad de las compañías emisoras de tarjetas de crédito para aumentar las tasas de interés en balances existentes y exigirá una mayor divulgación de sus métodos.

Durante una entrevista con la cadena NBC la semana pasada, Larry Summers, el principal consejero económico de Obama denunció que muchas personas deben pagar "tasas extraordinariamente altas que no pagarían si hubiesen conocido" los métodos empleados por las empresas de tarjetas de crédito.

?Necesitamos hacer cosas para frenar el mercadeo del crédito de una forma que convierte a las personas en adictas. De esa manera, los hogares volverán a ahorrar y las familias podrán aprestarse a enviar a sus hijos a la universidad, o guardar dinero para la jubilación", añadió.

2 nov 2008

Se aproxima el turno del plástico


loultimoenpolitica.blogspot.com

Primero, la Casa Blanca tuvo que diseñar un plan para rescatar a los grandes bancos. Luego vinieron los Bancos Regionales, posteriormente las aseguradoras. A continuación vino la industria automovilística. Le está llegando por fin el turno a las hipotecas. El siguiente caballo de Troya pueden ser las tarjetas de crédito.

La metástasis de este órgano esencial de la vida económica norteamericana puede tener consecuencias imprevisibles. The New York Times estimaba esta semana en 21.000 millones de dólares (16.000 millones de euros) la bola creada por las tarjetas de crédito impagas en la primera mitad de 2008. En un año y medio esa cifra se puede elevar a 43.000 millones de euros.
En estos momentos las pérdidas equivaldrían al 5,5% del endeudamiento pendiente, y van en camino de sobrepasar el 7,9% que se vivió después del estallido de la burbuja tecnológica del 2001. Al día siguiente de publicarse esta información, American Express anunciaba la eliminación de 7.000 empleos, un 10% de su plantilla. Además anunció la suspensión de los incrementos salariales para 2009 en puestos de gestión y la renuncia a cubrir vacantes. Objetivo: rebajar en unos 1.402 millones de euros los costes del ejercicio de 2009.
El fin de un imperio: ¿Es el fin de un imperio? Estados Unidos es hoy una nación de idólatras del plástico. La gente vive compulsivamente a crédito. Hasta hace no tanto cualquier hogar estaba constantemente bombardeado de ofertas para proveerse de nuevas y más ambiciosas tarjetas. Todo eran facilidades e incentivos. Pagar al contado estaba casi mal visto: podía significar que uno carecía de crédito, es decir, que era un don nadie. Privarse de cosas sólo por no disponer del dinero ya era de pusilánimes. De repente el país se ha llenado de personajes de novela de Raymond Carver, esa clase media-baja que se alcoholiza con el béisbol y con la mastercard tanto o más que con el alcohol mismo. Y que un día se pregunta cómo ha podido ser que le embarguen el coche y la casa. ¿No decían que siempre había otra solución, que de algún modo se podía quedar a deber siempre? Sí lo decían, y durante muchos años ganaron una fortuna diciéndolo. No cambiaba un dólar de mano sin movilizar un gran séquito en intereses. La morosidad no daba miedo porque en ella, precisamente, estaba la clave del negocio: en el endeudamiento perpetuo. Se podía asumir una porción fatal de morosos definitivos a cambio de las fabulosas ganancias obtenidas sobre los endeudados que siempre se desendeudan en el último minuto. Se pasa muy mal si no se tiene crédito en América. Todo eso empieza a cambiar. Mintel Comperemedia, una empresa de marketing directo encargada de publicitar las tarjetas de crédito entre los usuarios, informa de que la oferta ha descendido a mínimos del ejercicio 2004.
Los bancos y las redes de tarjetas están endureciendo rápidamente sus condiciones para dar crédito y hasta lo recortan sin previo aviso a clientes de toda la vida. Hay quien se queja de que se lo han recortado hasta cuatro veces en un año. «El problema es que hace tiempo que hemos dejado de ver el crédito como un recurso de emergencia para confundirlo con el dinero de cada día», reconocía Susan en un comentario a la edición electrónica de The New York Times. Richard, un lector de Lenox, en Massachussets, se permitía ser irónico: «me he hecho la cirugía plástica...¡he cancelado mis tarjetas de crédito!». Lo que ocurre ahora se explica en parte porque la crisis hace cundir el desempleo y la morosidad, pero no sólo. Los beneficios de las tarjetas de crédito disminuyen por una serie de factores que incluyen desde los costes financieros, que se mantienen elevados en época de desconfianza bancaria, hasta la contención en el gasto por parte de los usuarios. En otros momentos la respuesta a ello ha sido incrementar las tasas y comisiones. En las circunstancias actuales el margen de maniobra se estrecha mucho. ¿El negocio se ahoga? En este contexto puede sorprender que la otra gran red de tarjetas de crédito, Visa, por la que pasan el 52% de las transacciones de todo el mundo, se haya descolgado este trimestre con unos resultados inesperadamente positivos. No es que sean unos resultados óptimos, pero sí quedan llamativamente por encima de lo esperado en estos tiempos de tribulación.
Visa ha ganado 625 millones de euros en el ejercicio fiscal de 2008. Estos resultados contrastan con los 670 millones perdidos en el ejercicio anterior. Visa anunció un beneficio neto de 96 centavos por acción y un incremento del 20,6% sobre su facturación del año anterior. Entonces facturó por valor de 4.047 millones de euros y ahora lo ha hecho por valor de 4.881 millones.
Débito, mejor que crédito: Claro que hay un secreto; el presidente y consejero delegado de Visa, Joe Saunders, afirmó que hoy en día el 53 por ciento de las operaciones mundiales de la compañía son de débito y no de crédito. Este dato resulta coincidente con los datos de un análisis sobre la evolución de las tendencias de pago en los Estados Unidos publicado este mes de octubre en el boletín de la Reserva Federal. En él se lee que entre los años 2003 y 2006 se disparó en Estados Unidos el pago «sin dinero» a razón de un 4,6% cada año, pasando de 63.000 millones a 72.000 millones de euros. Por primera vez en este periodo las tarjetas de débito han empezado a imponerse a las de crédito, particularmente a la hora de hacer una multitud de pequeñas operaciones cotidianas de escaso valor. La proliferación de las facilidades tecnológicas y la generalización de la cultura del «dinero de plástico» crece rápidamente incluso en zonas rurales del Medio Oeste americano. ¿Es el débito el futuro, es el crédito el pasado? Aunque esa sea la tendencia, queda por resolver el presente, donde todavía son legión los hechizados por la Circe de plástico, desde particulares acostumbrados a gastar lo que no tienen hasta pequeños negocios habituados a usar el crédito como forma de vida ante cualquier contrariedad. Nadie les había avisado de que hubiera ninguna razón para cortar el grifo. Hasta ahora.