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CAE OTRO BANCO Y DEBE SER ASISTIDO POR TRES GOBIERNOS: BELGICA, HOLANDA Y LUXEMBURGO: TIENE 80 MIL TRABAJADORES Y 5 MILLONES DE CLIENTES.
La crisis de confianza en los mercados financieros convulsiona también al Benelux. El batacazo bursátil del banco belga-holandés Fortis, cuyas acciones cayeron un 20,37% el pasado viernes, ha terminado con una intervención que comporta 21.200 millones de euros, según un borrador de acuerdo en el que ha mediado Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE). Las líneas generales del acuerdo fueron captadas anoche por un fotógrafo gracias a un documento que sostenía el consejero delegado de Fortis, Filip Dierckx en la residencia de primer ministro belga, Yves Leterme, donde se ha negociado la salvación del banco.
Tres gobiernos
Fortis, con más de cinco millones de clientes y 80.000 trabajadores, estará desde ahora participado por los gobiernos belga, holandés y luxemburgués, que aportarán 11.200 millones entre los tres para solventar sus problemas de liquidez. El Estado belga podría aportar 4.500 millones, mientras que el luxemburgués añadirá otros 2.500, y Holanda el resto, aunque este reparto no estaba confirmado anoche. Además, Fortis se desprenderá de los activos que el año pasado adquirió en el grupo ABN Amro junto al Santander y el Royal Bank of Scotland. La venta le reportará otros 10.000 millones, muy lejos de los 24.000 que le costaron hace apenas unos meses.
En las negociaciones estuvieron presentes los ministros belga y holandés de Finanzas y durante todo el fin de semana se desarrolló una agenda con reuniones que implicaron a los distintos bancos implicados y a las autoridades monetarias de los países que conforman el Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo). Las reuniones de urgencia, a las que asistió Trichet, estaban encaminadas a una solución rápida que permitiese lanzar un mensaje de confianza a los mercados, tras el viernes negro para Fortis y los meses de inestabilidad financiera.
Las acciones de Fortis, hasta ahora el grupo bancario más importante en Bélgica y uno de los 20 más destacados de Europa, alcanzaron su peor cotización en 14 años el viernes, día en que el banco anunció la sustitución de su consejero delegado para tranquilizar a inversores alarmados por un plan que buscaba aumentar la liquidez del banco en 8.000 millones.
A pesar de sus problemas, el banco había asegurado que su posición era “sólida” y que la liquidez de sus operaciones estaba garantizada.
Tres gobiernos
Fortis, con más de cinco millones de clientes y 80.000 trabajadores, estará desde ahora participado por los gobiernos belga, holandés y luxemburgués, que aportarán 11.200 millones entre los tres para solventar sus problemas de liquidez. El Estado belga podría aportar 4.500 millones, mientras que el luxemburgués añadirá otros 2.500, y Holanda el resto, aunque este reparto no estaba confirmado anoche. Además, Fortis se desprenderá de los activos que el año pasado adquirió en el grupo ABN Amro junto al Santander y el Royal Bank of Scotland. La venta le reportará otros 10.000 millones, muy lejos de los 24.000 que le costaron hace apenas unos meses.
En las negociaciones estuvieron presentes los ministros belga y holandés de Finanzas y durante todo el fin de semana se desarrolló una agenda con reuniones que implicaron a los distintos bancos implicados y a las autoridades monetarias de los países que conforman el Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo). Las reuniones de urgencia, a las que asistió Trichet, estaban encaminadas a una solución rápida que permitiese lanzar un mensaje de confianza a los mercados, tras el viernes negro para Fortis y los meses de inestabilidad financiera.
Las acciones de Fortis, hasta ahora el grupo bancario más importante en Bélgica y uno de los 20 más destacados de Europa, alcanzaron su peor cotización en 14 años el viernes, día en que el banco anunció la sustitución de su consejero delegado para tranquilizar a inversores alarmados por un plan que buscaba aumentar la liquidez del banco en 8.000 millones.
A pesar de sus problemas, el banco había asegurado que su posición era “sólida” y que la liquidez de sus operaciones estaba garantizada.
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