Los manifestantes denuncian fraude y los observadores internacionales aseguran que todo fue legal. Las fuerzas de seguridad lograron controlar (sin agresividad extrema) a los miles de estudiantes que irrumpieron en el Parlamento moldavo y la oficina del presidente para protestar por las elecciones que ganaron los Comunistas. El presidente califica los hechos de "intentona golpista" pero aceptó "volver a contar los votos" como forma de calmar las aguas.
La policía moldava ha logrado contener a los manifestantes estudiantiles opuestos a la victoria del Partido Comunista en Moldavia que este martes irrumpieron en el edificio que alberga el Parlamento en Chisinau para saquearlo, lanzar muebles a la calle y luego prenderles fuego. Poco después, se han apoderado también de la oficina del presidente, que habían atacado previamente. El presidente y líder comunista, Vladímir Voronin, ha denunciado, en un mensaje televisivo, que la oposición ha perpetrado una "intentona golpista". Una docena de protestantes habrían sido arrestados como consecuencia del operativo antidisturbios.
Unas 10.000 personas en el país más pobre de Europa se han manifestado por segundo día consecutivo tras la victoria electoral comunista el domingo, que califican de fraudulenta, aunque los observadores internacionales han certificado su legalidad. Decenas de personas han resultado heridas en los choques entre la policía y los manifestantes.
Horas después, las autoridades de Moldavia y la oposición han acordado repetir el recuento de los votos en los comicios para detener las violentas protestas desatadas en la capital. El acuerdo fue alcanzado por Voronin con los líderes de los tres partidos opositores que accedieron al Parlamento, ha informado a la prensa el dirigente de uno de ellos, el Partido Democrático Liberal, Vlad Filat.
Violencia
Según la agencia rusa Interfax, cerca de diez agentes policiales así como varios manifestantes han resultado heridos en ese ataque. "La situación está bajo el control de la Policía", ha dicho, sin embargo, Ala Meleka, portavoz del ministerio del Interior moldavo, a la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti.
Varios miles de personas, la mayoría de ellos estudiantes, se han congregado en distintos sectores del centro de la capital moldava, donde se encuentran los principales edificios públicos. Moldavia, con unos cuatro millones de habitantes, es una ex república soviética ubicada entre Ucrania y Rumania.
"Abajo el comunismo", "Mejor estar muerto que ser comunista", "Queremos estar en Europa", "Somos rumanos" son algunos de los lemas que gritan los manifestantes en las calles de la capital moldava, informan los medios rusos.
Según los resultados oficiales, los comunistas obtuvieron el 50% de los votos, con lo que mantienen el control de la cámara que, según la Constitución moldava, es la que elige al jefe del Estado.
"No creemos que uno de cada dos electores haya votado por el Partido de los Comunistas de Moldavia", ha dicho Guennadi Brega, uno de los organizadores de la protesta, citado por la agencia rusa Interfax. Según Brega, la juventud está descontenta con los resultados de las elecciones y considera que han sido un fraude.
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