Nicolas Sarkozy hará frente hoy jueves a una nueva jornada de huelgas y manifestaciones contra su política anti-crisis en un clima social cada vez más tenso por el recorte de empleos y de impuestos, medidas que, según los sindicatos, sólo beneficia a las clases más altas. El mandatario en general ha sido inteligente y no ha enfrentado a los sindicatos, sino todo lo contrario. Casi siempre coincide con los reclamos, pero, luego no los atiende. Veremos qué dice hoy.
Foto: Sarkozy parece estar preguntando a los sindicatos qué quieren?
Apoyados en una encuesta que demuestra que tres de cada cuatro franceses secundan la protesta, los sindicatos y la oposición de izquierda esperan atraer a más de un millón de personas en la segunda huelga general contra el gobierno conservador en dos meses. Para ello, no solo se han movilizado en las calles, sino que Internet también se ha convertido en uno de sus altavoces.
El cierre de fábricas y la pérdida de puestos de trabajo, que ha disparado el desempleo por encima del 8%, ha puesto a buena parte de la sociedad francesa en pie de guerra, que ve cómo el país avanza hacia la recesión a grandes pasos.
Una pesadilla económica
Francia, como el resto de países de la Eurozona -la mayoría de ellos en recesión desde finales de 2008-, vive un año de pesadilla económica que no está prevista que se supere hasta 2010, según los analistas.
"Todo el mundo tiene un vecino o un amigo que está afectado", dijo esta semana el líder del sindicato CFDT, François Chereque. El gobierno francés prevé una contracción del crecimiento del 1,5% en 2009 y una pérdida de 300.000 empleos.
Los sindicatos exigen a Sarkozy que abandone sus planes de suprimir empleos en el sector público, anule su decisión de 2007 de recortar impuestos -que estiman sólo beneficia a las clases altas-, mantenga sin cambios el sistema de protección social, uno de los más desarrollados del mundo, y aumente el salario mínimo.
En respuesta, Sarkozy declaró el miércoles que si bien estimaba "legítimas" las preocupaciones de los franceses, el gobierno ya había tomado medidas para proteger a los hogares, por lo que no anunciará nuevos desembolsos públicos.
La izquierda, mejor
Unas 200 manifestaciones están programadas para el jueves en toda Francia, que alterarán el transporte público, el servicio de trenes regionales, los aeropuertos y provocarán el cierre de escuelas y oficinas públicas.
Los sondeos más recientes muestran que la crisis está beneficiando al líder de la extrema izquierda, Olivier Besancenot, cuyo nuevo partido anticapitalista parece haberse convertido a ojos de los franceses en la mejor alternativa al gobierno de Sarkozy.
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