18 mar 2009

El enfermo es el "sistema"; y los culpables, los "adoradores" de ese "sistema"


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Las nefastas políticas monetarias de los últimos años se dejan notar en todo el globo. Es el caso de Europa del Este, amenazada por el colapso, cuyo análisis por parte de Richard M. Ebeling, desvela la exposición de estos países a la deuda contraída en euros y sus posibles efectos.

Quien dijo, y todavía dice, que toda la culpa de la actual crisis se debe y proviene de EEUU, parece estar más guiado por el antiamericanismo que por la realidad. Y ésta parece ser que el sistema monetario mundial, sin ninguna base ni respaldo en activos reales (como el oro o la plata) desde la ruptura de los acuerdos de Bretton Woods en 1971, y una incorrecta estructura institucional y regulatoria en el sector bancario y financiero, han originado y permitido (quizás deliberadamente) las burbujas de crédito que durante los años pasados se mostraron tan rentables, pero que ahora se han pinchado. Los errores, pues, son globales, y no se reducen a una zona concreta.

En un artículo que Libertad Digital pone a disposición de lectores, se muestra la frágil situación por la que atraviesan algunos países de Europa del Este, y como consecuencia, también de Europa occidental. Richard Ebeling, que fue presidente de la Foundation for Economic Education (FEE), institución que albergó a intelectuales de la talla de Mises, Hayek o Friedman, trata el tema de las economías europeas con gran sencillez y claridad.

El profesor Ebeling describe la situación por la que pasaron algunos de los antiguos países comunistas de la Europa del Este. Tras el colapso y caída del Muro de Berlín, buena parte de estos países (Polonia, República Checa, Letonia...) llevaron a cabo reformas favorables a la economía de mercado, y en consecuencia, consiguieron tasas de crecimiento notables.

Sin embargo, una proporción importante de esta nueva prosperidad dependía del endeudamiento exterior: los residentes en esos países se endeudaban en euros, debido a los tipos de interés más bajos en la zona occidental. Se originó una burbuja de deuda, financiada en el exterior, con el agravante del riesgo de tipo de cambio. Además, alguna de estas economías, como la de Hungría, era muy dependiente de las exportaciones, ingresos que utilizaban para amortizar la deuda.

Pero como su propio nombre indica, las burbujas son insostenibles, y tarde o temprano, pinchan. Así, países como Hungría y Letonia (al contrario que Polonia o República Checa, que parecen aguantar el tipo) están pasando por una situación crítica, al igual que Ucrania, por la gran carga de la deuda que tienen sus economías, muy agravado por la caída de valor de sus monedas nacionales y la caída de las exportaciones.

En último lugar, el artículo trata el impacto que esto podría tener sobre las economías de la Europa occidental, destacando la gran exposición de los bancos austriacos e italianos a los créditos concedidos a países del Este. Y en general, el autor concluye que tanto "los prestatarios de Europa del este (como) sus prestamistas occidentales están en apuros".

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