27 jun 2009

Honduras: hubo empate; los Dinosaurios no pudieron dar un Golpe de Estado; pero los cambios costarán un poco más


loultimoenpolitica.blogspot.com


Voy a cumplir mi mandato hasta el 27 de enero de 2010. Voy a entregar el mandato a un nuevo presidente, pero de un país y una democracia con reformas, con un proceso de participación activa, afirmó el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, tras un fallido golpe de Estado, en una entrevista exclusiva con Telesur, en respuesta a opositores que lo acusan de querer relegirse. La interpretación del título es particularmente de nuestra: loultimoenpolitica.blogspot.com

Añadió que fue el apoyo de la comunidad internacional a su gobierno, así como del pueblo hondureño, lo que logró contrarrestar la amenaza. Aseveró que el material para la que él llama encuesta popular, que se llevará a cabo este domingo, ya está siendo repartido y ésta transcurrirá tal como se había planeado.

Pese a que el Congreso intentó la noche del jueves declararlo incompetente para gobernar y no obstante que cientos de reservistas y militares activos y retirados manifestaron en el centro de esta capital su apoyo al destituido jefe del estado mayor conjunto de las fuerzas armadas, Romeo Vásquez Velásquez, el mandatario consideró que la crisis de gobierno ya concluyó.

Zelaya narró para Telesur la forma en que Vásquez se negó a cumplir la orden de que las fuerzas armadas repartieran el material electoral para celebrar la encuesta de opinión ciudadana. El jefe del estado mayor argumentó que la consulta era ilegal, pues un juez así lo había considerado.

¿Cómo va a ser anticonstitucional una encuesta que no tiene carácter vinculante? Es un ejercicio democrático, pero un juez influenciado por grupos de poder declaró que era ilegal, aseguró el mandatario.

Agregó que el material para la consulta está siendo protegido por la policía nacional y repartido por civiles agrupados en sindicatos, organizaciones y de manera independiente. Resaltó que no quiere que los soldados estén en las calles, pues la intentona tuvo como efecto que los ciudadanos teman a los uniformados, lo que, según él, es un retroceso, un recordatorio de la guerra fría y la dictadura.

Pese a la decisión del Congreso (dominado por la derecha, con militantes del Partido Nacional y del conservador Partido Liberal), seguirá adelante la iniciativa presidencial de preguntar a los ciudadanos si aprueban la llamada cuarta urna para convocar a una asamblea constituyente en las elecciones generales. El resultado de la votación no es vinculante y se enmarca en la Ley de Participación Ciudadana, aprobada el 27 de enero de 2006, abundó.

La campaña del mandatario en favor de la encuesta ha contado con el apoyo de organizaciones sindicales, campesinas, indígenas y estudiantiles –tradi- cionalmente críticas a los gobiernos anteriores de Zelaya–, así como del izquierdista Partido Unificación Democrática, que tiene una representación minoritaria en el Poder Legislativo.

Por su parte, la candidata independiente a la presidencia de la república y dirigente nacional de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, Bertha Cázares, en declaraciones a La Jornada, aseguró que ella y su grupo estuvieron este viernes en la capital respaldando al presidente, pues las fuerzas armadas y la oligarquía han querido dar un golpe de Estado. Atemoriza que el pueblo decida, por eso recuperamos de la fuerza aérea el material electoral que había sido secuestrado para impedir la encuesta.

Bertha Cázares enfatizó que la del domingo es una encuesta de opinión que el pueblo ha solicitado por escrito al presidente, y ésta fue convovada por conducto del Instituto Nacional de Estadística.

Al preguntarle a Zelaya si se sintió fuera del poder, dijo: El pueblo me rodeó. Y narró la forma en que arrebató a los militares las urnas para la consulta. “Hubo más de mil personas con nosotros. La gente empujó los portones, aunque nos encañonaron. Temí que hubiera una tragedia. Me metí enfrente y dije: ‘yo soy el presidente’. De inmediato bajaron los rifles y la gente entró tras de mí. El general se me cuadró y expresó: ‘usted sigue siendo el comandante en jefe’. ‘¿Van a entregar el material?’ ‘Sí, lo vamos a entregar’. Le pregunté si estaba consciente de que al entregármelo desobedecía lo dicho por la fiscalía, y me contestó: ‘Si usted ordena, le entrego todo el material’”.

Ya está bastante superada la situación, aseguró Zelaya. Indicó que todo el apoyo que recibió de la Organización de Estados Americanos (OEA), los países del Caribe, México y el resto de América Latina contribuyó a que la amenaza del golpe se disipara.

Según él, el respaldo internacional amedrentó al Congreso, el cual ya había declarado personas non gratas a observadores de la OEA que fueron invitadas para la consulta del domingo.

Este viernes, reservistas y militares retirados vestidos de blanco acudieron al Parque Central y a la Plaza Morazán a respaldar una manifestación de civiles hondureños, según un despacho del diario El Heraldo en su edición de Internet.

Todavía esta mañana Vásquez Velásquez aseguró que los militares son leales al jefe del Ejecutivo, pero se niegan a apoyarlo en la organización de la consulta popular, declarada ilegal por el Tribunal Supremo Electoral.

En la entrevista, Zelaya subrayó que el militar ya había sido suspendido de sus funciones, pero que será destituido hasta que él le nombre un remplazo.

Las bancadas dominantes de los partidos Liberal y Nacional estaban decididas a declarar inhabilitado al presidente, pero desistieron después de recibir llamadas de diversos lugares, inclusive del Departamento de Estado estadunidense, afirmó la diputada Doria Gutiérrez, de Unificación Democrática.

Fidel Castro apoya a Zelaya

En la mañana de este viernes, el líder de la revolución cubana, Fidel Castro, publicó un artículo en el cual señaló que fue impresionante ver a Zelaya por el canal Telesur arengando al pueblo de Honduras, cuando denunciaba enérgicamente la burda negativa reaccionaria de impedir una importante consulta popular.

Castro dijo que las palabras del hondureño nos hacían recordar el discurso del presidente Salvador Allende mientras los aviones de guerra bombardeaban el palacio presidencial (de La Moneda, en Santiago), donde murió heróicamente el 11 de septiembre de 1973.

Lo que allí ocurra será una prueba para la OEA y para la actual administración de Estados Unidos, expresó Castro.

En la tarde, el consejo permanente de la OEA creó una comisión especial que se trasladará de urgencia a Honduras.

Los países miembros del Mercado Común del Sur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) y de la Alternativa Bolivariana de las Américas (Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua), así como los integrantes del Sistema de Integración Centroamericano, respaldaron al gobierno constitucional hondureño.

Estados Unidos y la Unión Europea se declararon preocupados por la ruptura del diálogo político en esta nación.

Por su parte, el Grupo de Río externó su preocupación por los recientes acontecimientos en Honduras, y respaldó el orden constitucional y las instituciones democráticas de este país.

También llamó a todos los actores políticos y sociales hondureños a que exploren fórmulas que permitan distender la situación mediante el diálogo y la concertación. Rechazó todo intento de quebrantar la paz, la estabilidad y el orden legal.

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