4 abr 2009

Todo sigue igual; excepto el dólar y el FMI



loultimoenpolitica.blogspot.com

A modo de síntesis la Cumbre del G-20 demostró que la locomotora USA sigue controlando y hegemonizando las decisiones del decadente sistema capitalista globalizado, y que la también decadente Europa y los vagones del capitalismo "emergente", con China a la cabeza, son impotentes para imponer reformas y cambiar las reglas del sistema imperante con el dólar como moneda patrón. La resolución final marca el nuevo objetivo: Reciclar una nueva "burbuja financiera" (negocios en la crisis) con las reservas de los países periféricos del Sur. Con el dólar y el FMI como protagonistas centrales; los más fortalecidos.

Informe especial

En las antípodas, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y The Wall Street Journal, el vocero periodístico más emblemático del sionismo financiero de Wall Street coincidieron: la Cumbre del G-8 pasó "sin pena ni gloria" y solo sirvió para una puesta en escena de un sistema capitalista en crisis y cruzado por profundas divisiones donde EEUU sigue reinando como "un tuerto en el país de los ciegos".

El presidente de Venezuela lamentó que la Cumbre del G-20 no respaldara la creación de una moneda de reserva alternativa al dólar, propuesta por China y Rusia, y resumió sus frustración en una pregunta: "¿Qué se podía esperar de allí?, nada. Una Cumbre sin pena ni gloria".

Para Chávez, uno de los "villanos" ganadores es el FMI y, por tanto, debería ser eliminado en lugar de darle un "lavado de cara".

En el otro extremo, para The Wall Street Journal, los líderes del Grupo de los 20 aplazaron las decisiones más complicadas o se "las traspasaron a organismos internacionales que nunca han tenido una responsabilidad tan grande sobre sus espaldas".

Si bien los líderes prometieron actuar en forma "decisiva" para resolver el tema, "no ofrecieron planes específicos", apunta The Wall Street Journal.

Pero si bien, como sostiene The Wall Street Journal, ni la Unión Europea ni los "emergentes" pudieron imponer sus objetivos de máxima (sustituir al dólar por otra moneda y frenar el poder hegemónico USA), el resultado de la Cumbre arroja un claro triunfo de las posturas de EEUU y Reino Unido, su principal socio estratégico.

Nueva "burbuja financiera" y endeudamiento
(descarga de la crisis en el Sur)

Sin resolución de fondo en los problemas estructurales, la reforma financiera y la creación de una moneda supranacional en sustitución del dólar, como exigían la Unión Europea y los "emergentes", el G-20 solo aprobó los puntos principales que impulsaban EEUU y Reino Unido:

A) Mayor poder al FMI como gendarme regulador y controlador del sistema financiero imperial hegemonizado por el dólar como moneda patrón de las transacciones internacionales.

B) Lanzamiento (disfrazado de "estímulos" financieros para superar la crisis) de un nuevo proceso de endeudamiento de los países subdesarrollados, comandado por el FMI, cuyo objetivo es una transferencia en masa de las reservas en dólares acumuladas por los países periféricos durante el "crecimiento económico" hacia los bancos centrales del Imperio, quienes van a utilizar esos fondos para paliar su propia crisis.

C) Sostenimiento del "libre mercado" sin trabas proteccionistas nacionales en los países "emergentes" y "subdesarrollados" de Asia, África y América Latina, destinado a impedir que adopten decisiones de resguardo nacional de sus reservas y de sus recursos para afrontar la crisis global.

Estos tres puntos centrales (aprobados por el G-20) resumen el fracaso contundente tanto de los llamados "emergentes" como de las potencias centrales del euro asociadas a EEUU en la depredación capitalista del planeta.

Ni China ni Rusia pudieron imponer su propuesta de sustituir al dólar por una moneda "supracional", ni las potencias centrales del euro, comandadas por la Francia de Sarkozy, consiguieron imponer sus objetivos de "refundar el capitalismo" dentro de un nuevo "orden mundial" y sin EEUU como potencia hegemónica.

En resumen, y con el FMI (controlado por EEUU, y en menor grado por la UE) como prestador y supervisor, las reservas de Asia, África y América Latina, van a ser transferidas (mediante el endeudamiento) para generar una nueva "burbuja financiera" por la cual los grandes consorcios sionistas de Wall Street y de las metrópolis europeas y asiáticas van a utilizar la crisis para "hacer negocios". Como ya los están haciendo en los países centrales.

La Cumbre cuadruplicó las reservas del FMI en US$ 1 billón, que convierte al organismo multitaleral en lo más similar a un Banco Central del mundo que interviene en última instancia para evitar el derrumbe de sus miembros acosados por la crisis recesiva global.

Así como los bancos centrales de las metrópolis imperiales de EEUU y Europa pilotean los "rescates" de empresas y bancos quebrados (con dinero publico y garantía estatal), de la misma manera el FMI va a cumplir el mismo rol a escala de los gobiernos de los países "emergentes" y "subdesarrollados" del Sur periférico.

"Decidieron aplicar la misma medicina que está matando al paciente: un billón de dólares, más dinero para un hueco sin fondo; pero no sólo eso, sino que decidieron fortalecer a uno de los grandes culpable de la crisis que es el FMI, que por el contrario habría que cerrarlo", señaló el presidente de Venezuela, Hugo Chávez

Y, como lo resalta The Wall Street Journal, el FMI no es la única entidad internacional que va a tener "responsabilidades" en el comando del nuevo proceso de endeudamiento para "chupar" las reservas del Sur periférico.

La Junta de Servicios Financieros -un grupo de reguladores representantes de la banca internacional sionista con sede en Suiza- tendrá la misión de coordinar los "grandes cambios regulatorios globales" del sistema financiero.

La Organización Mundial del Comercio, por su parte, se encargará de velar para que los miembros del G-20 cumplan sus promesas de "mantener a raya el proteccionismo" (léase, evitar que los países periféricos tomen decisiones autónomas sobre sus reservas y comercios exteriores).

Los expertos calculan que a través de los "rescates financieros" para salvar a las entidades y bancos quebrados en EEUU y en Europa (mediante un nuevo proceso de créditos y endeudamiento con respaldo de fondos públicos y garantía de los Estados imperiales) los grandes consorcios financieros sionistas ya reciclaron una "burbuja financiera" de negocios con la crisis cuyo monto final puede llegar a superar los US$ 20 billones en el corto plazo.

Con las nuevas medidas impulsadas por EEUU y aprobadas en el G-20, se busca (con el FMI como operador central) reciclar esta nueva "burbuja" de "negocios en la crisis" en toda la periferia de Asia, Africa y América Latina a través del endeudamiento y pago de los créditos con las reservas acumuladas.

Lo que en definitiva buscan las nuevas medidas "regulatorias" con el FMI como actor central en el Sur periférico, es "institucionalizar" lo que ya están haciendo los Estados "emergentes" y "subdesarrollados": "Salvar" a las empresas y bancos privados con dinero público, recreando simultáneamente un multimillonario negocio capitalista con la crisis.

De esta manera, de mano del FMI y del nuevo proceso de endeudamiento, los consorcios financieros imperiales se "chupan" los fondos frescos de las reservas del Sur a través del endeudamiento y los intereses de los préstamos destinados a "salvar" a los bancos y empresas de la quiebra.

Un jeroglifico financiero sólo explicable en el proceso de "suma y resta" de la explotación capitalista, que, por ahora, tiene al dólar y al Imperio USA como patrones universales.

Fuente: IAR


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