loultimoenpolitica.blogspot.com
Los ministros de Economía de la Unión Europea apoyaron hoy la creación de un nuevo órgano que se dedicará a detectar riesgos para la estabilidad macroeconómica y emitir alertas y recomendaciones que deberán ser seguidas por los Estados miembros para evitar así que se repitan crisis financieras como la actual. No obstante, no lograron un compromiso sobre si debe ser el Banco Central Europeo (BCE) el que dirija este órgano, ante las reservas sobre todo de Reino Unido. España se opone a un supervisor financiero único.
Los Veintisiete dedicaron la jornada final de su reunión informal en Praga a discutir las reformas necesarias en el sistema de supervisión comunitario para corregir las insuficiencias que ha puesto de relieve la crisis financiera. Para ello discutieron las propuestas del grupo de expertos presidido por el ex director del FMI, Jacques de Larosière, del que formaba parte el economista español José Pérez.
Los ministros apoyaron la principal de las novedades de este informe, la puesta en marcha de un Consejo Europeo de Riesgo Sistémico, compuesto fundamentalmente por los gobernadores de los bancos centrales de la UE. Su función consistiría en recoger y analizar toda la información sobre el sistema financiero, detectar posibles riesgos y avisar para que se tomen medidas para corregirlos antes de que provoquen una crisis.
Los expertos propusieron que este Consejo estuviera presidido por el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, y contara con el apoyo logístico del BCE. Pero Reino Unido, que no pertenece a la eurozona, expresó durante la reunión del Ecofin informal sus "reservas" frente a esta propuesta y pidió un mayor papel para las autoridades financieras británicas.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, expresó la "disponibilidad" del banco para ejercer estas nuevas tareas. Y dejó claro que en el nuevo órgano estarán presentes los gobernadores de los 27 Estados miembros y no sólo de los 16 de la eurozona. Para el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, lo importante es que las alertas y las recomendaciones del Consejo Europeo de Riesgo Sistémico tengan algún tipo de carácter vinculante para los países.
"Estos sistemas de alerta deben ser creíbles y útiles. Si las alertas y las recomendaciones no tienen consecuencias, la credibilidad del instrumento disminuirá muy rápidamente", explicó Almunia.
Poderes de mediación
La otra gran propuesta del informe Larosière se refiere al refuerzo del sistema europeo de supervisión de grupos bancarios transfronterizos. Se trata de crear colegios de supervisores formados por las autoridades responsables de los Estados miembros en los que operen. El liderazgo corresponderá al país donde tenga su residencia la empresa matriz, aunque se refuerza el papel de los supervisores de los Estados miembros donde el banco tenga filiales.
Además, se dan más poderes a los comités consultivos de supervisores financieros europeos y convertirlos en tres autoridades: una Autoridad Bancaria Europea, una Autoridad de Seguros Europea, y una Autoridad Bursátil Europea. Estas instancias tendrían poder ejecutivo para mediar si hay desacuerdos dentro de los colegios de supervisores entre el del país de la matriz y el país de la filial.
El comisario de Mercado Interior, Charlie McCreevy, subrayó que la UE lleva discutiendo sobre estas cuestiones alrededor de 10 años y vaticinó que será mucho más difícil lograr un acuerdo sobre este punto que sobre el sistema de alerta rápida. Estos pronósticos parecieron confirmarse ya en esta primera discusión porque apenas se acercaron posturas.
Los ministros de Economía de la UE se limitaron a reafirmar la necesidad de armonizar el marco europeo de supervisión porque "la estabilidad financiera podría verse amenazada en el futuro si los Estados miembros no adoptan un enfoque común en cuanto a la supervisión, la aplicación de las reglas existentes y la imposición de sanciones". También se mostraron dispuestos a reforzar los poderes de los comités consultivos, pero sin ir más allá.
Reino Unido rechazó que estas autoridades puedan imponer decisiones cuando ejercen de mediadores entre el supervisor del país de origen y el de destino. También Portugal y Polonia dijeron que esta novedad debería ir acompañada de un acuerdo de reparto de responsabilidades en caso de quiebra de una entidad.
España se opone a un supervisor financiero único en UE
España se opone frontalmente al establecimiento de un supervisor financiero único para toda la UE, aunque sí está a favor de armonizar las normas regulatorias y de poner en marcha un nuevo órgano para vigilar la estabilidad del sistema financiero, que emitiría alertas en caso de riesgo.
Por su parte, Solbes respaldó las propuestas del informe de los expertos por considerar que "es muy pragmático y tiene una visión muy realista de cómo manejar las cosas". Pero dijo que estas propuestas no deben interpretarse como un punto intermedio para la creación de un supervisor europeo único para los bancos transfronterizos.
"No tiene sentido que todo eso se lleve en un lugar externo, llámese Frankfurt o llámese Bruselas, cuando el día a día se está siguiendo por parte de los responsables nacionales", señaló el vicepresidente económico.
Admitió que son las propias empresas las que piden este modelo "porque dicen que la multiplicidad de supervisión les encarece la actividad", pero insistió en que "es muy difícil que la supervisión se realice a nivel supranacional sin un juego fundamental de los supervisores locales". En España, entre los que reclaman un supervisor único se encuentra el presidente del BBVA, Francisco González. El vicepresidente dijo que también algunos países apoyan la creación de un supervisor único, aunque no los identificó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario