13 mar 2009

China "inquieta" con sus bonos del Tesoro e insta a EEUU a cumplir su palabra


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China está inquieta por sus bonos del Tesoro estadounidenses, debido al impacto de la crisis financiera, declaró este viernes a la prensa el primer ministro Wen Jiabao. "Hemos prestado mucho dinero a Estados Unidos. Claro que estamos inquietos por la seguridad de nuestros activos", dijo Wen en la tradicional conferencia de prensa organizada el último día de la sesión parlamentaria. China ha aprobado hoy su plan de estímulo.

"Para ser sincero, estoy un poco inquieto. Por eso querría instar a Estados Unidos a cumplir su palabra y sus compromisos y preservar la seguridad de los activos chinos", añadió. Wen subrayó que su país es "el mayor acreedor de Estados Unidos".

"Estados Unidos es también la mayor economía mundial, prestamos gran atención al desarrollo económico de Estados Unidos", agregó, y declaró que confía en "la serie de medidas económicas adoptadas por el nuevo Gobierno del presidente Obama para combatir la crisis financiera".

En septiembre, China destronó a Japón como primer país acreedor de Estados Unidos, y en diciembre poseía bonos del Tesoro por valor de 727.400 millones de dólares.

Difícil llegar a un crecimiento del 8%

Por otra parte, Wen Jiabao estimó "realmente difícil", pero no imposible, alcanzar este año un 8% de crecimiento económico en 2009. "Todo el mundo quiere saber si podemos alcanzar el objetivo de un 8% de crecimiento" del producto interior bruto, que las autoridades fijaron para 2009, dijo el jefe del Gobierno.

"Pienso que será difícil alcanzar este objetivo, pero posible con muchos esfuerzos", añadió Wen. El primer ministro aseguró que China podría "decidir en cualquier momento un nuevo plan de reactivación" si se agrava la crisis financiera internacional.

"Estamos preparados para una eventualidad de mayores dificultades (...) En todo momento podemos presentar políticas de estímulo de la economía", declaró el jefe de Gobierno.

Wen Jiabao hizo hincapié, no obstante, en la magnitud del plan actual, anunciado en noviembre, de cuatro billones de yuanes (455.000 millones de euros, 583.000 millones de dólares), 1,180 billones aportados directamente por el gobierno central, y subrayó que aparte se tomarán buen número de medidas fiscales y sociales.

Wen advirtió también de que China no cederá a presiones internacionales encaminadas a modificar su política de tipos de cambio. "Ningún país puede ejercer presión contra China para devalúe o reevalúe el renminbi" (otra denominación del yuan), indicó.

En materia de política de tipos de cambio, "al final de todo la decisión incumbe a China", dijo.

A propósito del Tíbet, Wen aseguró que la situación es tranquila y estable, al término de una semana marcada por el 50º aniversario de una revuelta contra la presencia china en la región.

"La situación en conjunto en Tíbet es estable y tranquila, los tibetanos desean vivir y trabajar en paz", dijo Wen.

Un año después de los disturbios registrados en Lhassa y en la regiones circundantes a partir del 14 de marzo de 2008, China desplegó importantes fuerzas de seguridad y prohibió a los extranjeros el acceso a numerosas zonas para evitar problemas.

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