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Habían fracasado; el blindaje, la mano dura, la advertencia a EEUU y las potencias, el cierre de fronteras internas y los controles a la prensa internacional le habían quitado el sustento operativo al "golpe reformista", pero el viernes, cuando la operación "caballo de Troya" agonizaba, el ayatola Jamenei les dio la clave: El "baño de sangre".
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De pronto los titulares de la prensa internacional variaron de eje: La "noticia" ya no es el "fraude" electoral sino la "represión" violenta a las manifestaciones de protesta que ya habría decidido ejecutar el gobierno iraní.
Las grandes cadenas internacionales y las usinas políticas del golpismo "reformista" iraní tomaron al pie de la letra la advertencia formulada el viernes por el ayatola Jamenei:
Y la invirtieron:
En consecuencia, se presenta la gran oportunidad: Denunciar al régimen que gobierna Irán por "genocidio" y pedir su condena y aislamiento internacional en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Todo indica que van a cambiar las acusaciones de "fraude" por la fabricación de un "Tiananmen iraní", a partir de que el aparato represivo de las milicias y las fuerzas de seguridad actúen para desactivar las manifestaciones por la vía violenta como lo advirtió el viernes el líder supremo.
Y hay una explicación: El régimen iraní se encuentra ante una encrucijada. Si bien los comandos especiales iraníes desactivaron las células preparadas para provocar a la policía y generar represión con muertos en las calles (como sucedió con las 9 víctimas del lunes), los líderes "reformistas" siguieron organizando durante toda la semana "marchas pacíficas" que se han tornado en masivas.
En otras palabras, las fuerzas especiales consiguieron desmontar la provocación callejera orientada a generar enfrentamientos armados y muertos por la represión policial, pero la continuidad de las manifestaciones por vías "pacificas" colocan al gobierno iraní en un situación de debilidad y falta de control.
En el nuevo escenario, la oposición golpista no puede avanzar en sus objetivos iniciales de generar revueltas violentas para crear caos y anarquía, pero el gobierno iraní tampoco puede disolver las "marchas pacíficas" sin reprimir y detener a sus dirigentes a un costo elevado.
En este contexto, las propias palabras de advertencia del ayatola Jamenei alimentaron el nacimiento de la nueva estrategia.
La clave parece estar en el "baño de sangre": Desafiar al gobierno de Irán, saturar las calles de Teherán con las "marchas pacificas", romperle los nervios y la paciencia a los ayatolas, provocar a las fuerzas de seguridad, para obligarles a reprimir sangrientamente las marchas y efectuar detenciones masivas de sus dirigentes.
Más represión con muertos: Eso es lo que hoy esperan EEUU, Israel y las potencias sionistas que digitan bajo cuerda lo que la prensa internacional ya vende al mundo como "masivas marchas de protesta en Teherán".
De la misma manera que vendieron el "Irán terrorista", o el "peligro nuclear iraní", hoy quieren ponerle el rótulo de "genocida" para seguir construyendo operaciones internacionales orientadas a aislar y debilitar al régimen iraní y justificar acciones diplomáticas y militares en su contra.
Las "revolución de los mártires" puede rendir más frutos que la "revolución reformista" contenida y desactivada en sólo horas por los servicios de inteligencia y las fuerzas especiales iraníes que actuaron rápidamente para neutralizar los "focos de contagio" y los centros de comando de la revuelta violenta.
Como siempre, la clave de la nueva estrategia la dio el gerente imperial USA, Barack Obama, quien dijo el viernes estar "muy preocupado" por las advertencias contenidas en el discurso pronunciado por el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei
El sucesor de Bush a su vez advirtió que "el mundo está observando" la evolución de los acontecimientos en Irán.
En declaraciones a la cadena CBS, Obama dijo que, a su juicio, "lo que se ve en Irán son cientos de miles de personas que creen que sus voces no fueron escuchadas y que protestan pacíficamente buscando justicia".
"Y estoy muy preocupado, en base al tono de algunas declaraciones que se han hecho, por que Irán reconoce que el mundo le está observando", afirmó el presidente imperial.
No obstante, y en su estrategia de mostrarse "neutral", Obama subrayó que el conflicto "no es un asunto de Estados Unidos u Occidente contra Irán, sino del pueblo iraní".
Un posterior comunicado de la Casa Blanca aseguró que "Nosotros respetamos la soberanía de Irán y el hecho de que corresponde a su pueblo tomar estas decisiones".
La gran provocación
Las palabras de Obama parecieron marcar las reglas del nuevo escenario, mientras en Teherán todo el arco de la oposición golpista anunciaba su intención de desafiar al régimen iraní convocando a nuevas marchas pacifistas en Teherán.
No obstante la "ilegalización" de las manifestaciones y las advertencias del ayatola Jamenei (bajo cuyo control directo se encuentran las fuerzas armadas y las fuerzas especiales y de seguridad), los dirigentes "reformistas" anunciaron una movilización masiva para este sábado en Teherán.
Las protestas deberían comenzar hacia las cuatro de la tarde (13.30, hora peninsular española).
La provocación es evidente: La zona está ocupada por policías antidisturbios y grupos de milicianos islámicos Basij, afines al Gobierno de Mahmud Ahmadineyad.
El jefe de policía Ahmadreza Radan advirtió que los agentes responderán "con firmeza y determinación" ante las marchas "ilegales" que se produzcan "a partir de hoy", según la agencia semioficial Fars News.
Agencias, cadenas televisivas y diarios internacionales coinciden en la misma apreciación: Las manifestaciones "ilegalizadas" corren el riesgo de ser reprimidas brutalmente, lo que llevaría a un escenario similar a lo que ocurrió en la Plaza de Tiananmen, cuando el régimen chino reprimió duramente la revuelta de 1989.
La mesa del régimen iraní "genocida" está servida.
Ahora falta saber la movida de los ayatolas, los que alguna experiencia en guerra psicológica y en golpes encubiertos de la CIA, tienen.
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