22 mar 2009

America Latina: Zona de riesgo, desempleo, estallidos....

loultimoenpolitica.blogspot.com

La crisis financiera recesiva, con caída del consumo y despidos laborales, exportada originalmente desde EEUU y la Unión Europea, se contagia aceleradamente a las llamadas economías "emergentes" y "subdesarrolladas" de Asia, África y América Latina. En la región latinoamericana, según lo describen los últimos informes y estudios, la desaceleración económica viene acompañada con el peor de los fantasmas: La desocupación laboral, con aumento de la marginación y peligro de estallidos sociales.

Informe especial

Proyecciones de organismos oficiales y de entidades privadas, así como los diagnósticos de reputados especialistas coinciden en que la economía mundial ya ingresó en un proceso de recesión globalizada que se va a agudizar durante los años 2009 y 2010, sobre todo en EEUU y en la Unión Europea (principalmente en los países del Este), expandiéndose por Asia, África y América Latina, con un pronóstico que todavía no aparece claro.

El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, advirtió este sábado sobre las consecuencias del brusco descenso en el crecimiento económico que se espera en todo el mundo para este año.

"Creo que 2009 será un año muy peligroso", afirmó en una rueda de prensa en Bruselas, citando los pronósticos del Banco Mundial sobre un alza de la mortalidad infantil asociada a la crisis económica, además de un declive en el comercio internacional.


Según el Banco Mundial, a mediados de este año la producción industrial se reducirá un 15% en comparación con 2008, mientras que el flujo del comercio exhibirá su mayor declinación en 80 años.

Todo el planeta (globalizado y nivelado por el sistema capitalista "único") ya está aquejado de los mismos síntomas: Derrumbe de los precios del petróleo y de las materias primas (deflación de los precios internacionales), devaluación de las monedas y revaluación imparable del dólar, colapso financiero con quiebra de bancos, crisis crediticia con achicamiento del consumo, suba de precios de los alimentos y la energía y primeras oleadas de despidos masivos en EEUU y las potencias centrales.

Los países de América Latina, cuyas bolsas y economías están siendo golpeadas a niveles inéditos, están buscando aceleradamente un paraguas contra el colapso financiero-recesivo que comienza a proyectarse sobre sus economías.

Desde las finanzas, los servicios, las tecnológicas, la publicidad, los medios de comunicación hasta la industria automotriz, pasando por la informática, ningún sector parece quedar a salvo del proceso recesivo que sobreviene como consecuencia de la crisis recesiva-financiera importada de los países centrales.

Como efecto del derrumbe globalizado, los países de América Latina se están acoplando al tsunami financiero-recesivo, mientras la baja del petróleo y las materias primas, agregada a la suba imparable del dólar, preanuncia una mayor agudización del proceso recesivo con baja del consumo y aumento de despidos en las empresas transnacionales.

De acuerdo con lo que ya se verifica en la realidad, se están quemando etapas: En América Latina la crisis financiera ya devino (por medio de la recesión) en crisis estructural, y rápidamente se dirige hacia la crisis social (el emergente de los despidos laborales) de mano de la desocupación que empieza a extenderse a escala planetaria.

Así como las potencias centrales (con EEUU y la UE a la cabeza) son las grandes exportadoras de crisis mundial, los bancos y empresas transnacionales imperiales son los grandes exportadores de desocupación masiva a escala global.

En ese escenario, bancos y corporaciones trasnacionales que concentran la mayoría de la mano laboral ocupadada son los principales generadores del colapso financiero recesivo con crisis social que ya se expande por todos los países de America Latina.

Números en rojo

En un informe publicado el miércoles el FMI pronosticó que los bancos en América Latina sufrirán pérdidas "significativas", al tiempo que la crisis se agrava con una contracción mundial de entre un 0,5 y un 1% este año, y se mantiene la restricción del crédito.

La entidad redujo sus previsiones de crecimiento por la interacción explosiva entre un sector financiero envuelto en la incertidumbre y una economía real en la que la confianza, el comercio y la producción se han derrumbado.

Según los cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI), EEUU se encogerá un 2,6 por ciento este año, la zona euro un 3,2 por ciento y Japón, que es el más perjudicado por el derrumbe del comercio mundial, un 5,8 por ciento.

Auguró también, una desaceleración "drástica" en Brasil y una recesión en México, según los estudios económicos que el Fondo preparó para la reunión ministerial del Grupo de los Veinte (G-20) del pasado fin de semana en Londres y que divulgó hoy.

La institución financiera emitió una llamada de atención en especial sobre el sistema bancario en América Latina, que hasta ahora había sobrellevado bien la crisis al no poseer los activos "tóxicos" que han dañado los balances de los de sus colegas de las naciones ricas.

La entidad constató el empeoramiento de sus cuentas y dijo que es sólo el principio. "Se espera que el deterioro adicional del crédito genere pérdidas significativas en el futuro para los bancos latinoamericanos", pronosticó.

El FMI urgió a las entidades extranjeras que tienen filiales en América Latina que detengan la repatriación de capitales, una medida que, a su juicio, es "clave" para mantener el crédito en la región.

Una de las prioridades de Brasil, de cara al G-20, es que se pare la sangría de dinero que sale de la región, indicó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, tras una reunión con su par estadounidense, Barack Obama, el pasado fin de semana.

Golpeada por la crisis global, América Latina habría entrado en una fase de recesión en octubre pasado y su economía está en declive y sin perspectivas de recuperación a corto plazo, señaló un estudio de institutos de Brasil y Alemania divulgados a fines de febrero.

El Índice del Clima Económico (ICE) de la región cayó de 3.4 a 2.9 puntos entre octubre y enero, el menor nivel de la serie iniciada en 1990, dijo la Fundación Getulio Vargas (FGV), que elabora el indicador junto con el instituto alemán Ifo.

El ICE se redujo entre octubre y enero en nueve de las 11 principales economías de la región estudiadas, mientras se estabilizó en niveles bajos históricos en Bolivia (3 puntos) y México, con 2.3 puntos siendo el menor de la serie.

"A excepción de Perú y Uruguay, las economías de otros países de la región estarían en enero del 2009, en períodos caracterizados como recesivos, según los criterios de la encuesta", señaló el estudio.

A su vez, el Índice de Expectativas (IE) "registró un nuevo récord histórico negativo bajando de 2.5 a 2.3 puntos", indicó.

La tendencia recesiva llegó a América Latina y, según la representación gráfica de los diversos índices, la región "habría entrado en una fase de recesión desde el pasado mes de octubre",durante el último trimestre del año pasado,señaló el estudio

"En enero de 2009, la economía de América Latina se encuentra en fase de declive, sin mostrar, al menos en los resultados agregados para la región, las perspectivas de una recuperación significativa en el corto plazo", indicó.

Para los próximos meses, según el Índice de Expectativas, la situación sigue siendo desfavorable y el IE de la región "refleja un mayor grado de pesimismo que la media mundial", añadió.

Una investigación del banco Morgan Stanley indicó, en el mes de febrero, que América Latina tendrá en 2009 un "crecimiento negativo" del producto bruto interno: será de 0,4% en 2009, el peor desde 1983.

"Nuestra revisión del crecimiento dinámico de la región obedece a que el principal vector de crecimiento fueron una serie de factores externos", añade, señalando que el crecimiento fue "favorecido por condiciones financieras y crediticias, la demanda global y los precios en alza de productos primarios (agrícolas y minerales)".

La entidad financiera de Wall Street alerta sobre que llegan a su fin los "cinco años de abundancia y crecimiento por arriba de la media (en América Latina)".

Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) previó en enero una fuerte recesión en Latinoamérica en 2009, con bajas en las recaudaciones y aumento del desempleo, ante lo cual el organismo reorientará US$ 6 mil millones para financiar los sectores productivos.

“Latinoamérica enfrentará una crisis muy distinta a las del pasado (...) Nos enfrentamos a un período de estancamiento en el crecimiento global, al menos todo 2009 y posible primer trimestre de 2010”, explicó en una reunión en Santo Domingo, Santiago Levy, Vicepresidente del BID.

Según el responsable, en este período el empleo “estará prácticamente parado”, con un consecuente incremento de la ocupación informal.

Las tres principales economías en riesgo


Las tres primeras economías del continente, Brasil, México y Argentina ya presentan -según los números oficiales- señales inequívocas de un contagio de la crisis financiera global en sus principales índices y variables económicas.

En México, Ricardo González Sada, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), por primera vez, acepta que el panorama económico del país se complica cada vez más y sentencia que para el próximo año la economía cerrará en cero.

Héctor Rangel Domene, presidente del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEEESP), indicó que la crisis económica en el país será profunda y va a tener impactos severos.

Explica que la incertidumbre que se ha vivido en los últimos meses se ha transmitido a la economía real mexicana.

Luis Foncerrada, director del CEESP, acepta que la economía mexicana podría presentar cifras negativas en el PIB, "dependiendo de la profundidad de la recesión en el vecino del norte".

Según José Augusto de Castro, vicepresidente de la Asociación Brasileña de Comercio Exterior, Brasil volvió a obtener superávit comercial en febrero, pero a costa de una caída de 24 por ciento en las importaciones respecto de enero, por una fuerte retracción de la actividad industrial que puede provocar recesión económica.

Se redujeron sobre todo las importaciones de materias primas y bienes intermedios en sectores cuya producción depende de componentes extranjeros, tanto para el mercado interno como para las exportaciones, observó el vicepresidente de la Asociación Brasileña de Comercio Exterior.

De hecho, las exportaciones brasileñas de febrero fueron 25 por ciento menores que las de febrero del año pasado. El superávit de comercial de 1.767 millones de dólares se debió a una caída mayor de las importaciones, de 34,5 por ciento, respecto del mismo período.

Esa tendencia se debe en parte a la depreciación de la moneda nacional frente al dólar desde agosto, pero especialmente a la "caída del nivel de actividad del mercado interno", señaló De Castro a la agencia IPS.

La crisis financiera mundial golpeó a este país sudamericano a partir de octubre, primero por una brusca escasez de crédito y luego por el impacto en las exportaciones. Cayeron los precios de las materias primas que Brasil exporta, y poderosos sectores industriales, como la metalurgia, sufrieron a la vez baja de precios y de cantidades vendidas.

Argentina, cuyo producto interno bruto creció cerca de ocho por ciento al año desde 2003, vive ahora un riesgo mayor que el brasileño de entrar en recesión, lo que afecta la popularidad del gobierno de los Kirchner y preanuncia -de la mano del conflicto del campo- revueltas sociales y sindicales..

El aumento del desempleo, como también también sucede en Brasil, representa una amenaza contra la gobernabilidad política más seria, pues abre la posibilidad de turbulencias sociales y de agravamiento de la crisis económica.

En la economía argentina, la tercera latinoamericana detrás de Brasil y México, en enero, la producción de acero cayó 32% respecto del mismo mes de 2008 y 47% la de hierro. La de cemento, 12,8% en febrero. En autos, el desplome es todavía mayor: 55,7% el mes pasado. La capacidad ociosa en la industria metalúrgica llega ahora al 45%. Se calcula que las ventas de equipos de aire acondicionado bajaron 30%, lo cual implica acumulación de stocks y menor producción futura, algo parecido a lo que ocurre con televisores y línea blanca.

Según estimaciones privadas, este año las exportaciones caerían entre US$ 10.000 y US$ 13.000 millones, que generaría menores ingresos a la economía, menor oferta de divisas y mayor dependencia de las ventas del sector agropecuario, apretadas por el bajón de la cosecha y el derrumbe de los precios internacionales.

La tonelada de carne de primerísima calidad que la Argentina vende en Europa bajó de US$ 18.000 a US$ 12.000, casi 40%.

Sea porque se quiere sostener el superávit comercial, proteger a algunos sectores, frenar la demanda de divisas, o todo a la vez, lo cierto es que se están pisando las importaciones. Igual, ya venían en baja por la retracción económica

En este escenario, de la mano de las corporaciones trasnacionales, sobre todo del sector automotriz, en el mercado laboral argentino ya se percibe el impacto de la crisis recesiva, bajo la forma de suspensiones, achicamiento de la jornada de trabajo y pérdida de ingresos.

El fantasma de los estallidos sociales


"Uno a uno se están apagando los motores del crecimiento", agregó dramáticamente la secretaria ejecutiva de CEPAL, Alicia Bárcena, quien sinceró que el promedio de crecimiento en América Latina podría ser nulo en 2009, si se dan los peores escenarios.

En el sector externo, la creciente debilidad de los mercados europeos, norteamericano y chino presionará además a la baja las exportaciones, que en 2008 sumaron US$920.000 millones , la mayor cifra de la historia.

"Esta desaceleración ya comenzó a observarse en el segundo semestre de este año y proyectamos menores volúmenes y precios para 2009", señaló por su parte el director de la División de Desarrollo Económico de CEPAL, Osvaldo Kacef.

La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, advirtió que "el año entrante yo creo que va a ser un año crucial. Y creo que lo que más debería preocuparnos es el incremento de la informalidad (trabajo y empleo en negro). Eso sí es un gran tema que a nosotros nos interesa mucho abordarlo".

El tema de la informalidad, explicó la titular de la CEPAL, afecta a "todos aquellos que viven en un ambiente en el que ya no creen en nada, básicamente".

Según el Panorama Social 2008 de América Latina y el Caribe de la CEPAL la pobreza alcanza a un 34.1 por ciento de la población regional y de ese porcentaje los que viven en la extrema pobreza o indigencia representan 12.6 por ciento.

Eso significa que, de acuerdo a las últimas cifras disponibles, correspondientes al año 2007, la región tiene 184 millones de pobres, incluidos 68 millones de indigentes.

A pesar de que las cifras constatan una disminución de la pobreza, que llega a los 14 puntos porcentuales desde 1990, las perspectivas para 2009 resultan inquietantes, según la evaluación de la CEPAL.

"El impacto de la crisis financiera internacional hace prever una desaceleración del crecimiento en la región, lo que a su vez implicaría un comportamiento aún menos favorable de la situación de pobreza el próximo año", indicó el Panorama Social 2008.

La principal preocupación, según un comunicado especial aprobado en noviembre en San Salvador por los países del BRIC (Brasil, Rusia, India y China), son los "potenciales efectos sobre el sector real de la economía" y sobre la "estabilidad política y social de la región".

En este panorama, lo que más preocupa es un aumento de la economía informal (en "negro"), y se teme también que el desempleo exacerbe la violencia juvenil y familiar, dijo la semana pasada la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.

La respuesta inmediata a la marginación social y el desempleo son las huelgas y los estallidos sociales (como reacción inmediata a la desocupación en masa) que pueden conmocionar los pilares del control institucional y político de los Estados capitalistas de la región.

Un estudio realizado por Economist Intelligence Unit (EIU) difundido el viernes analiza la vulnerabilidad de los países de América Latina a sufrir lo que describe como "episodios que supongan una seria amenaza para las autoridades locales, acompañados de desórdenes públicos o enfrentamientos civiles".

De acuerdo con el estudio, Venezuela, Argentina, Panamá, Colombia y Perú están ubicados en la categoría de países con alto riesgo de desestabilización, al combinar indicadores sociales como "la desigualdad, la corrupción o la falta de confianza en las instituciones" con una creciente injerencia de la recesión económica mundial.

Citado por la cadena BBC, el director de análisis de la EIU, Alasdair Ross, señaló que en los próximos dos años "algunas personas estarán en graves apuros económicos y el hecho de observar a sus gobiernos incapaces de estabilizar la economía generará una situación de descontento y motivará protestas, algunas de ellas violentas".

De los 165 países analizados por el estudio de Economist Intelligence Unit , 27 son de muy alto riesgo, 68 de alto riesgo, 53 corren un riesgo moderado y tan sólo 17 tienen pocas posibilidades de padecer inestabilidad política y social a causa del contagio de la crisis financiera recesiva global.

No se puede establecer una previsión exacta país por país, pero "en los próximos dos años habrá protestas sociales muy violentas, similares a las que ya se han producido en Grecia, o anteriormente en países como Argentina o Venezuela", señala el informe. Fuente: IAR

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