5 feb 2009

El gobierno de Tabaré Vázquez y del Frente Amplio en Uruguay


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El gobierno de Tabaré Vázquez y del Frente Amplio subsidia a la multinacional Ambev (Cerveza) con 11 millones de dólares por año (4 pesos por litro) y subsidia la Lechería de pequeños Productores Nacionales Uruguayos con 4 millones de dólares (1.20 pesos por litro en el mejor de los casos). Pero este es solo un caso. Hay muchos más. Las multinacionales son beneficiadas una y otra vez, mientras los uruguayos son castigados de distintas maneras y formas.


Foto: Esta es solo una de las varias marcas de Cerveza Uruguaya. Todas son de Ambev, una multinacional brasileña propietaria del mercado en toda America Latina


Sobre fin de año fue dado a conocer un decreto que concede un subsidio a la elaboración nacional de cerveza. Este subsidio de 4.00 pesos por litro, se apoya en una facultad conferida al Poder Ejecutivo por la última ley de rendición de cuentas, la que en su artículo 496 le dio la potestad de otorgarlos a varios tipos de bebidas. En este caso se lo ha concedido a la cerveza, lo que llama poderosamente la atención por muchas razones, que el gobierno haría bien en aclarar.

Hasta ahora nos quedamos como fundamento de tal transferencia, con lo que señala el considerando del decreto: "considerando conveniente hacer uso de la referida facultad…." . Como hay riesgo de considerar que no sea conveniente, hay que explicar; es un derecho mínimo que tenemos los ciudadanos. No es que genéricamente me oponga a todo tipo de subsidios, nada de eso. Los encuentro perfectamente admisibles cuando no están encubiertos, cuando se trata de ayudas transitorias y con contrapartidas, cuando se trata de alentar actividades en sus comienzos, cuando el monto es razonable, cuando hay que atender emergencias y en otras circunstancias. En sentido contrario tengo dificultades con ellos cuando se convierten en el factor decisivo de la suerte de un negocio, cuando se entregan a empresas que difícilmente lo necesiten, o cuando su monto deja de ser razonable, ya sea por las características del propio receptor, o de las necesidades de destinatarios alternativos.

Esta ayuda decretada, por su destinatario, por su cuantía, y por las circunstancias especiales que vive y se espera viva el país en el 2009, exige rápidas explicaciones por parte del gobierno. A lo mejor está bien; a lo mejor no. En cualquier caso Doña Ramona y Don Fermín tienen derecho a saber por qué sus recursos van hacia un bien de consumo suntuario, para un destinatario monopólico y en momentos en que se vive no solo el comienzo de una crisis financiera, sino una sequía de dimensiones aun difíciles de evaluar.

CERVEZA Y SUBSIDIOS. El actor excluyente en el mundo de la cerveza es AmBev, fruto de la fusión de Brahma y Antarctica en Brasil, con compras posteriores entre otras de la famosa argentina Quilmes. Luego de asociaciones y adquisiciones de distintas razones sociales aquí y en la región, en la actualidad el 100% de la elaboración nacional de cerveza es llevada a cabo por esa sola empresa. A la vez el 98% del consumo doméstico es atendido por la cerveza nacional; y en cuanto a la importada, en un 50% también es provista por esta empresa con diferentes marcas aquí y en la región. A la vez, aunque en escasa magnitud referida a la producción, exporta cerveza a Brasil, España y Estados Unidos con las marcas que utiliza en Uruguay (Pilsen, Patricia) y otras (Norteña, Zillertal). Parece obvio señalar que se trata de un monopolio, no solo por representar el cien por ciento de la elaboración, sino porque las importaciones, además de estar severamente restringidas, de ocurrir, con mayor probabilidad serían provistas por la propia empresa, también prácticamente monopólica en la elaboración regional (1). Un reciente estudio de la Universidad parece probar esta condición monopólica (2). Por otra parte hay estudios que demuestran que la demanda de cerveza es relativamente inelástica respecto del precio, lo que significa que dentro de ciertos límites, sus aumentos no generan caídas en la demanda.

Si uno combina estas dos condiciones, oferta monopólica y demanda inelástica, aparece la combinación perfecta para que se produzca abuso de posición dominante, que si no ha ocurrido hasta ahora es fruto exclusivo de la voluntad de la empresa y no de la competencia. Señalo además que la demanda no solo viene creciendo en valores per cápita, sino que con seguridad posee un enorme potencial, lo que se aprecia si se compara nuestro consumo de 22 litros con el argentino de 32, o el brasileño de 49. Todo lo anterior nos da una idea de las características del destinatario del subsidio oficial, tanto aquí como en la región.

Si así es el destinatario, veamos ahora la magnitud del monto del subsidio. Cuatro pesos por litro, para un consumo per cápita de 22, suponen un subsidio para este año de alrededor de once millones de dólares, lo que parece una barbaridad, tanto en una situación normal como en ésta de emergencia económica.

POLÍTICA SECTORIAL. La cerveza es un producto caro en el Uruguay, y más la importada, aun si procede de la región. Es alcanzada, sin distinción de origen, por el Impuesto Específico Interno (Imesi) como todas las bebidas, con una tasa legal del 27% que se establece sobre un valor ficto. Para beneficiar el consumo de vino, éste ha sido excluido del impuesto que pagan todas las demás bebidas con o sin alcohol. Además, el ficto sobre el que se calcula el Imesi, se multiplica por dos en el caso de las cervezas importadas, esto para proteger a las cervezas nacionales de las extranjeras. Como éstas proceden básicamente de la misma empresa, la protección es quizás redundante; marcaría el precio por encima del cual podrían importarse las escasas cervezas no elaboradas por aquella transnacional. Dadas las circunstancias y objetivos de la política no se entiende mucho. Si se desea mantener una buena brecha con el vino, el subsidio reduce; si se desea aumentar la protección nacional, ello ocurre respecto de importaciones en buena medida de la misma empresa. Solo un miedo no creíble a un avance de marcas esotéricas hoy, podría dar una dudosa lógica proteccionista a la medida, al subsidiarse solo la nacional. Completando un cuadro para mí incomprensible, hacia fin de año el gobierno llevó al doble el ficto sobre el que se calcula el tributo, de 20 a 40 pesos por litro, también fuera de toda lógica. Recuérdese que para la cerveza importada el ficto sería 80 pesos. A lo mejor el gobierno quiso dar marcha atrás respecto del aumento y lo hizo como quien se rasca la oreja izquierda con el brazo derecho, pasándolo por encima de la cabeza… En definitiva resulta de estricta justicia aclarar por qué se subsidia un monopolio, que en nada parece padecer una necesidad, en un monto que casi triplica lo que se destina al agro en la sequía, en un producto casi sin competencia externa.

Claramente, por la naturaleza del destinatario, del monto del subsidio, de las circunstancias vinculadas a destinos alternativos, Doña Ramona y Don Fermín merecen saber.

SUBSIDIO A LA LECHE

El Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ing. Agrónomo, Ernesto Agazzi (MPP) anunció que habrá subsidios para los pequeños productores de leche: aquellos que remitan menos de 500 litros diarios y que son 1.169 productores recibirán 1.20 por cada litro. Aquellos que remitan entre 500 y 1.000 litros recibirán 1.10 pesos por cada litro.

Y aquellos que remitan entre 1.000 y 1.500 litros recibirán 0.60 centésimos. Los demás productores tendrán créditos, pero sin estos subsidios.

Fuente: Julio Preve, diario El País y Ultimas Noticias.

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