18 oct 2008

Argentina: como te gusta? despacito o de golpe?



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LA POLÉMICA SOBRE "DEVALUAR O NO DEVALUAR" ES UNA HIPOCRECÍA. DE HECHO LAS MONEDAS LOCALES SE CAEN. EL DEBATE REAL ES: "DESPACITO O MÁS LIGERO". EN ARGENTINA LOS INDUSTRIALES RECLAMAN UN DOLAR DE 4 PESOS PARA HOY. MARTIN REDRADO (PTE DEL BCA) NO ESTA DE ACUERDO CON EL "SHOCK", AL TIEMPO QUE EL JEFE DE GABINETE, SERGIO MASSA, PROPONE "ADMINISTRAR" LA SITUACIÓN CON EL NORTE DE UN DOLAR A 3.35 PESOS PARA FIN DE AÑO. BRASIL EMPUJA: YA DEVALUÓ EL REAL 55%.

La disputa entre sectores económicos que se enfrentaron a fines de los 90 y principios de esta década por una salida devaluadora o dolarizadora de la economía, y que tuvo claras repercusiones políticas en el país, amenaza con reeditarse ante la crisis financiera internacional.
La fuerte devaluación de Brasil, que luego se morigeró, alentó las discusiones y los principales actores de la economía ya salieron a mostrar los dientes: en la primera línea estuvo la Unión Industrial Argentina (UIA), que reclamó un dólar de hasta cuatro pesos. No sólo el titular del Banco Central, Martín Redrado, se opone a una devaluación brusca -la política a veces reúne a aliados impensados-. Las entidades que representan a sectores con ingesos fijos, que siguen de cerca el ritmo de la inflación y ligadas al mercado interno exigen que no haya políticas de ‘shock‘. El número dos de la CGT, Juan Belén, fue vocero de esa posición en las últimas horas: ‘Si sube el dólar, suben los costos, esto no es Brasil; se provocaría en seguida una suba de precios‘. La experiencia de la central obrera demuestra que ‘si sube un diez por ciento el dólar, los productos aumentan 15 por ciento‘, expresó Belén. Claro que del sector de los ‘devaluadores‘ también se juntan dirigentes que hasta hace pocos meses parecían enfrentados. A los industriales, que siempre se mantuvieron cerca del Gobierno, aún con su silencio durante la crisis del agro, se sumaron esta vez los ruralistas. Tanto Hugo Biolcati, el nuevo titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), como el ‘zar‘ de la soja Gustavo Grobocopatel, salieron a exigir una ‘baja de costos‘ ante la caída vertiginosa de los precios de las materias primas en todo el mundo. La semana pasada, el jefe de Gabinete, Sergio Massa, ratificó la política de ‘flotación administrada‘ del Banco Central y estimó que se apuntará a un dólar cercano a los 3,35 pesos a fin de año. Las presiones por el tipo de cambio no son un simple tema de política económica en la Argentina y la dirigencia política lo sabe. Es que la última gran crisis política y económica coincidió con la fortísima disputa entre devaluadores y dolarizadores a fines de la década del 90. Del lado de la devaluación se ubicaron varios grupos económicos locales, mientras que entre los dolarizadores, las empresas privatizadas y los bancos armaron un frente común. En aquella época, Carlos Menem y algunos de los aliados optaron por estos últimos, mientras que Eduardo Duhalde nunca ocultó sus lazos con los primeros. La historia resulta conocida: el actual senador Adolfo Rodríguez Saá le cuenta a quien quiera oírlo que al término de la semana en la que ocupó la Casa Rosada se quedó sin respaldo para gobernar justo cuando dijo que no quería ordenar una devaluación del peso. En ese contexto se dan en la actualidad importantes realinemientos en el peronismo, mientras el Gobierno nacional trata de recuperar su capital político tras el desgaste registrado durante la crisis del agro. Las presiones económicas, los cruces políticos y las virtudes o los defectos de la dirigencia quedarán expuestos en los próximos meses, en un contexto de crisis global en el que nadie se siente con demasiada experiencia, ya que hay que remontarse 80 años atrás para encontrar una situación similar en los mercados mundiales.

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