6 sept 2008

Nacionalizaciones en Estados Unidos; Wall Street se irrita


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EL TESORO DE LOS EEUU MUY ACTIVO

Estados Unidos, la potencia económica más liberal del planeta, quiere salir cuanto antes de la crisis. Y para ello la Administración Bush no duda en acudir al rescate del sector financiero, epicentro de las turbulencias que se iniciaron hace ya más de un año. El Tesoro de EE UU ultima una insólita intervención, la mayor de la historia en el sector bancario, para evitar que quiebren las dos grandes hipotecarias del país. Fannie Mae y Freddie Mac respaldan casi la mitad de los créditos concedidos a las familias estadounidenses y el Gobierno no quiere arriesgarse a dejarlas caer por el riesgo que supondría para la estabilidad económica y el maltrecho sistema financiero.
Se trata del tercer rescate público de la banca en EE UU desde marzo
Junto a la Reserva Federal (el banco central estadounidense), el Tesoro prepara este fin de semana un plan que los mercados interpretan como una nacionalización pura y dura, aunque los detalles aún están por perfilar. La duda consiste en saber si el Gobierno se limitará a avalar su deuda o si intervendrá más activamente inyectando dinero, un paso más cercano a la nacionalización. Esa opción irrita a Wall Street, que teme que los títulos en manos de los accionistas pierdan todo su valor.
No es la primera vez que Estados Unidos decide actuar sobre los mercados para intentar atenuar el impacto de la crisis financiera. En marzo, la Reserva Federal puso el banco de inversión Bear Stearns en manos de su competidor JP Morgan Chase para evitar su bancarrota. Y poco después se lanzó al salvamento Indy Mac, otra firma hipotecaria privada.
La maniobra actual se apoya en un paquete de medidas de urgencia aprobado por el Congreso hace cinco semanas y diseñado por la Casa Blanca para sacar al mercado inmobiliario de la crisis. El proyecto permite al Tesoro inyectarles dinero con carácter temporal para compensar las pérdidas provocadas por el deterioro del sector inmobiliario, e incluso hacerse con sus acciones.
Las primeras filtraciones indican que el Tesoro haría inyecciones graduales cada trimestre, para compensar las pérdidas de Fannie y Freddie, con lo que en principio los títulos en manos de los inversores estarían protegidos y no se tiraría tanto del dinero del contribuyente. La desventaja será para los accionistas privados, cuyas acciones verán diluido su valor. Son fundamentalmente bancos, sobre todo regionales como el Sovereign, del Santander.
El plan de rescate contempla la posibilidad de que, con carácter temporal, las dos hipotecarias estén en manos de la Agencia Federal para la Financiación de la Vivienda. Y se procederá a un cambio en el equipo de gestión, algo que clama a voces Wall Street como paso indispensable para recuperar su confianza. De esta manera rodarían las cabezas de Daniel Mudd y Richard Syron, actuales presidentes ejecutivos en Fannie y Freddie. "Estamos haciendo progresos", indicaron fuentes del Tesoro sin entrar en más detalles.
Las dos entidades dan respaldo a casi la mitad de las hipotecas en EE UU, un mercado estimado en 12 billones de dólares. Pero la crisis que azota desde el pasado verano al mercado de crédito y la mala gestión puso en evidencia la vulnerabilidad de esta estructura mixta. Las pérdidas combinadas de ambas ascienden a 14.900 millones en el último año, y las acciones en manos de los accionistas valen casi un 90% menos.
La intervención del Tesoro podría ayudar así a las familias a mantener bajos los tipos de interés que se aplican a sus hipotecas, y evitar una escalada en la ola de desahucios y de la morosidad. Pero en Wall Street no están recibiendo la maniobra con optimismo. Los títulos de Fannie y Freddie perdieron un 32% y un 27% de su valor, respectivamente. Los inversores prefieren la privatización.

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