24 ene 2009

A propósito de última reflexión del compañero Fidel Castro: editorial de CX36 Radio Centenario de Montevideo Uruguay



loultimoenpolitica.blogspot.com


MENSAJE DE LA 36

SEGUIMOS PRECISÁNDOLO FIDEL

Este viernes 23 de enero apareció una nueva y corta, pero profunda reflexión del líder de la Revolución Cubana, Comandante Fidel Castro.

Las mismas agencias internacionales de noticias, que han especulado durante cincuenta años sobre un sinnúmero de inventos y falsedades acerca de la salud, las relaciones sociales, políticas, y hasta sus vínculos familiares. Igual que Artigas, a quien la oligarquía porteña pagó buen dinero al montevideano y traidor Vedia, para que inventara y escribiera un libelo sobre la “historia negra” del prócer de la Patria.

De idéntica manera los imperialistas han alentado y lo siguen haciendo todavía con los periodistas e intelectuales a sueldo, para que empleen buena parte de su tiempo tejiendo historias y mentiras sobre Fidel Castro. Cuando desapareció el Che de Cuba y emprendiera la lucha revolucionaria en la selva boliviana, los grandes medios de prensa de todo el mundo, llenaron sus páginas afirmando que Fidel había mandado a asesinar a Guevara debido a las diferencias políticas entre ambos.

Una historia parecida se había inventado previamente cuando desapareciera la avioneta en la que viajaba Camilo Cienfuegos en los primeros años de la Revolución. No escaparon a estas infamias las relacionadas a la vida personal y familiar, inventaron propiedades, yates, cuentas bancarias en el exterior, fortunas y toda clase de infamias por el estilo, sobre todo dirigidas al público menos politizado e informado, al cual muchas veces durante un tiempo lograron sembrarles algunas dudas. Para los sectores más intelectualizados de la sociedad en cambio los propagandistas del imperialismo intentaron hilar más fino, conociendo que con esos rumores no serían capaces de entrarles a estudiantes, trabajadores medianamente formados, militantes sociales o políticos.

Las críticas en esos sectores fueron mucho más sutiles y elaboradas. Mientras que muchos de estos dirigentes de la propia izquierda progresista latinoamericana no tiene empacho en destacar las conquistas sociales en materia de salud, educación, deporte y vivienda. Con el supuesto derecho que les da hablar bien sobre el lado social de la revolución, a continuación niegan el Partido único, los medios de prensa partidarios, el tipo de elecciones, la socialización de la producción y el comercio, la propiedad social y colectiva, y así por el estilo.

Nos dimos cuenta hace mucho tiempo que esta contradicción, surgida en muchas de las cabezas de la actual dirigencia de la izquierda progresista en nuestro país, aparece a partir del conocimiento de la Revolución y de las enormes vicisitudes que sus propios dirigentes junto a su pueblo deben seguir venciendo cada día, en medio del bloqueo yanqui, y la opresión del conjunto de los países capitalistas del primer mundo y el resto del planeta.

Nuestro primer uso de la razón nos permitió distinguir primero solamente entre ricos y pobres. Con el acceso a la lectura y el aprendizaje encontramos a la sociedad dividida en clases y sectores de clase, cada una con sus características e intereses particulares. Ahora hemos descubierto un nuevo sector dentro de la clase gobernante de nuestro país, compuesta por quienes hablan y predican sobre un supuesto “socialismo a la uruguaya”, que en definitiva se distingue entre los demás socialismos, en que “es un socialismo deseable para los demás pero no para si mismos”.

Socialismo de reparto de lo poco, de justicia pero la que se pueda, de convivencia con el capital, de esperar que crezca la torta, de ayuda social, de casas para pobres y casa para ricos, de sueldos del primer mundo y sueldos del tercer mundo, un socialismo a la uruguaya sin “libreta” y de tarjeta de crédito, y sin derecho a un trabajo digno y estable.

Hospitales públicos para los pobres, sin medicina, sin camas, sin ambulancias y los mejores sanatorios, con equipos de última generación, para los ricos. Entonces como en el “truco” 8juego de cartas rioplatense) cuando muchas de estas cosas que decimos son llevadas a otros niveles más diplomáticos y la baraja se vuelve a repartir entre los jugadores, sin mostrar el palo de cada carta, solamente se conoce una parte de la verdad de cada quien. Y cada cual trata de mirar a los ojos a su interlocutor para suponer si es verdad o no lo que dice tener entre sus manos. En este juego de naipes casi siempre gana el que mejor sabe mentir, y casi nunca el que más “liga” en la baraja.

Cada cual sabrá “donde le aprieta el zapato”.
Nosotros hablaremos de nosotros mismos, acerca de esta última reflexión de Fidel Castro. A la que la gran prensa da destaque más que otras veces, coincidiendo en señalar que Fidel habla sobre su propia muerte por primera vez.

Del Moncada en adelante, el desembarco en el Granma, la lucha en la Sierra Maestra, Bahía Cochinos, los planes de la CIA para asesinarle, la crisis de los cohetes, la vida de Fidel Castro siempre estuvo estrechamente ligada a la muerte.
Fidel habla en realidad de que se va a morir cuando el quiera y no cuando deseen o decidan los imperialistas, y hasta en eso ha de ser grande.
Dice Fidel Castro en esta reflexión: El undécimo presidente de Estados Unidos
El pasado martes 20 de enero de 2009 asumió la jefatura del imperio Barack Obama como el Presidente número once de Estados Unidos, desde el triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959.

Nadie podría dudar de la sinceridad de sus palabras cuando afirma que convertirá a su país en modelo de libertad, respeto a los derechos humanos en el mundo y a la independencia de otros pueblos. Sin que esto, por supuesto, ofenda a casi nadie, excepto a los misántropos en cualquier rincón del planeta. Ya afirmó cómodamente que la cárcel y las torturas en la Base ilegal de Guantánamo cesarían de inmediato, lo cual comienza a sembrar dudas a los que rinden culto al terror como instrumento irrenunciable de la política exterior de su país.

El rostro inteligente y noble del primer presidente negro de Estados Unidos desde su fundación hace dos y un tercio de siglos como república independiente, se había autotransformado bajo la inspiración de Abraham Lincoln y Martin Luther King, hasta convertirse en símbolo viviente del sueño americano.

Sin embargo, a pesar de todas las pruebas soportadas, Obama no ha pasado por la principal de todas. ¿Qué hará pronto cuando el inmenso poder que ha tomado en sus manos sea absolutamente inútil para superar las insolubles contradicciones antagónicas del sistema?
He reducido las Reflexiones tal como me había propuesto para el presente año, a fin de no interferir ni estorbar a los compañeros del Partido y el Estado en las decisiones constantes que deben tomar frente a dificultades objetivas derivadas de la crisis económica mundial. Yo estoy bien, pero insisto, ninguno de ellos debe sentirse comprometido por mis eventuales Reflexiones, mi gravedad o mi muerte.Reviso los discursos y materiales elaborados por mí a lo largo de más de medio siglo.

He tenido el raro privilegio de observar los acontecimientos durante tanto tiempo. Recibo información y medito sosegadamente sobre los acontecimientos. Espero no disfrutar de tal privilegio dentro de cuatro años, cuando el primer período presidencial de Obama haya concluido.

Fidel Castro Ruz
22 de enero de 2009
6 y 30 pasado medio día.

Cuando la noche más oscura cubrió de tinieblas el Penal de Libertad, en tiempos de las dictaduras Latinoamericanas un faro permaneció alumbrando entre los prisioneros hacia el futuro, ese fue Fidel Castro y la revolución cubana. El Plan Cóndor y la CIA desparecía, torturaba, y asesinaba guerrilleros y luchadores sociales en todo los países del sur. Vencimos en Uruguay, los derrotamos en Chile, Argentina y Brasil, ahora solamente nos queda ir a Cuba y echarlos al mar, nos decían los oficiales durante las largas requisas en las celdas mientras permanecíamos en “plantón”. Cuba seguía siendo la esperanza de los presos, hasta que un día nos enteramos que había una nueva revolución triunfante en el continente, la Nicaragua de Sandino y Carlos Fonseca Amador. Y la mano de Fidel había ayudado indudablemente a ese pueblo a, liberarse y a muchos de los refugiados Latinoamericanos en Cuba a contribuir con la causa revolucionaria y el internacionalismo.

Solamente nosotros y nadie más que nosotros, podemos saber y entender a ciencia cierta lo que significó Fidel, para militantes de una organización revolucionaria encarcelada y sin dirección política. Durante los largos años de prisión vimos, oímos y pensamos a través de las ideas y la obra de Fidel Castro y la revolución cubana. Tal fue la fuerza que recibimos de aquella revolución y de su líder que dentro de nuestro planteo ideológico destacábamos a la revolución cubana como vanguardia de la Revolución Continental.
No faltaban otros presos quienes anteponían al proceso cubano, la nueva experiencia del FSLN triunfante en Nicaragua, donde contrariamente al partido único y al mando de la dirección de Fidel, había triunfado un conjunto de organizaciones unificadas en un proyecto común contra Somoza. También estaban los compañeros de otras organizaciones que reconocían el papel de la revolución cubana, pero mantenían la idea que la vanguardia la componían los partidos comunistas de Latino América, vinculados al Socialismo Mundial encabezado por la ex Unión Soviética.

Así como Cuba hoy no abandona a los cinco patriotas cubanos presos en Estados Unidos, así podemos decir lo hico antes con un centenar de militantes presos del MLN Tupamaros en el Penal de Libertad. Cuba significó una luz, un aliento permanente, una exigencia, un norte, un mandato a continuar la lucha dentro del penal. Un planteo de estudio, de reflexión permanente, de análisis de la situación mundial, de superación permanente, de intentar por todos los medios de ser mejores, de no transar con el enemigo, ni con el oportunismo interno.

Con derecho o sin el, con razón o sin ella, nosotros nos apropiamos durante aquellos días del pensamiento revolucionario de Fidel Castro, lo estudiamos, reunimos todo el material posible en condiciones de clandestinidad dentro del penal.

Hasta hoy conservado y celosamente guardado este documento salido del Penal de Libertad, tiene más vigencia que nunca y no ha dejado de guiarnos en el presente.
Lo que ayer sirvió para mantenernos unidos, militantes vivos y concientes cuando estábamos presos, no recibíamos ni ordenes ni tareas que llevar adelante, ni información o señales de que la lucha continuaba para nosotros, allí estaba Fidel y la Revolución Cubana marcándonos un camino hacia delante. Después de muchos años de prisión, un día después de liberados un conjunto de ex militantes presos pudimos llegar hasta Cuba.

Y allí en contacto con sus dirigentes y pueblo, se nos multiplicaron por mil los deseos de realizar nuestra propia revolución. Nos reafirmamos mucho más y nos sentimos más orgullosos y concientes de pertenecer a la organización que pertenecíamos. Solamente habíamos ido a Cuba a eso, a ver de cerca, a comprender, a estudiar, a escuchar si estábamos o no en el camino correcto. No hay nadie que pueda decir ni de afuera o dentro de Cuba, que fuimos a solicitar ayuda material, hacer negocios, a pedir algo que no fueran ideas, aliento y confianza.

Por eso cuando hoy hablamos de las cosas a las que nos estamos refiriéndonos, podemos hacerlos con el corazón en la mano y a voz en cuello, por que no encontrarán tampoco documentos públicos dedicados a exaltar figuras u organismos cubanos, con la intención de sacar algún partido o beneficio de ello. Pasamos y nos fuimos silenciosamente y calladamente por Cuba, sin fotos para la posteridad con sus líderes publicadas en las tapas de los periódicos locales. Seguramente que ni las responsabilidades ni el tamaño político de nuestra organización y de quienes la integramos, lo ameritaron, ni antes, ni ahora.

Sin embargo hoy nos atrevemos a reclamar a Fidel que siga reflexionando como lo ha hecho hasta el presente. Con todo respeto, y en cuanto el tiempo y la salud le permita hacerlo, el mundo precisa seguir contando con su análisis y seguimiento de los principales acontecimientos mundiales.
¿En quien podemos confiar si no en Usted?
¿Quién puede profundizar en la velocidad que adquieren los acontecimientos como Usted?
No solamente desde el uso del método de análisis, la experiencia vivida, la dialéctica y la capacidad de inteligencia.
También y principalmente desde el punto de vista de quien llevo a cabo una revolución verdadera en su país.

Cada día surgen más y nuevos analistas, editorialistas, politólogos, y toda clase de “videntes” políticos en el mundo, escriben libros, patentan teorías, hablan de lo que hubiera ocurrido en caso de que los acontecimientos no hubiesen sido los que realmente han sido.
¿Pero de que nos sirve todo eso Fidel?
Solamente embrollan más nuestras pocas ideas claras.
La “pentapolidaridad”.
Los “múltiples imperialismos”.
Los “varios tipos de socialismo”.
Las “plutocracias”.
Los “pragmatismos”.
Pero en la vida a veces hay que saber explicar, “cuantos pares son tres botas”.

Posiblemente se entienda que los cubanos tienen bien claro las cosas, y los dirigentes actuales se bastan por si solos, evidentemente son muchos años de Revolución, de práctica revolucionaria común y junto a Usted.
¿Pero y nosotros, que haremos de ahora en adelante?
Lo mínimo que Usted diga cada tanto vale oro.
Por esos tiempos ni hay academia de ciencias, ni congresos, ni internacionales.
Por supuesto han surgido nuevas voces en el continente, bien preciadas, prestigiadas y loables, todas ellas merecen respeto.
Y son de consulta y análisis permanente, pero como el vino bueno deberán añejarse en buenos toneles para que no se agrien dentro de un tiempo.

Todos los días abrimos por Internet el Granma, y sería una falsedad si no reconociéramos que antes que nada, lo que solemos buscar antes que nada es una nueva reflexión de Fidel Castro.
¿Qué pasará ahora?
Entre los argumentos expuestos por Fidel mismo, está su decisión de reducir sus reflexiones para no estorbar ni interferir en las decisiones de sus compañeros cubanos. Y está bien, si el lo dice.
¿Pero y el resto, mientras tanto que hacemos?

Posiblemente pueda haber una manera de evitar interferir o estorbar en las decisiones que se tomen en Cuba.
Si las reflexiones por ejemplo pudieran mantenerse a través de una gran “cadena” de medios alternativos fuera de Cuba, dispuestos a publicar y difundir en cada país el pensamiento de Fidel Castro.

Con toda humildad como siempre lo hemos hecho, nuestros modestos pero medios concretos al fin, se pondrían con beneplácito a la orden para llevar a cabo una idea como esta u otra similar.
No pocos científicos, intelectuales, o revolucionarios del mundo publican antes en el exterior que en sus propios países.
Mejor eso antes que perder este aporte importantísimo, imprescindible y único que hoy tenemos y con el cual contamos en el mundo, el pensamiento de Fidel Castro.

Justo ahora cuando más se le necesita.
Cuando el imperialismo norteamericano vive una pequeña o gran transición, más allá de las posibilidades que tengan de ser llevadas a la práctica las buenas intenciones del Presidente Obama.
Pero peor que Bush este hombre o cualquier otro en la tierra, no va a ser.
Cuando América Latina vive una nueva primavera esperanzadora, alentada por Chávez, Correa y Evo Morales.
Cuando el capitalismo asiste a la peor crisis que hemos conocido desde el año 29 hasta el presente.
Y el Medio Oriente, Guantánamo, Irak, Afganistán, o Europa.

Cuando alguien escribe algo como en una carta que se envía a lo lejos, casi siempre se espera más tarde o más temprano una respuesta.
Esta ha sido la nuestra, sin tardanza y a la espera de que por lo menos se le tenga en cuenta.
Nos atrevemos a afirmar que tanto la radio 36 Centenario, como el diario La Juventud, se sentirían más que orgullosos y beneficiados de seguir contando con las Reflexiones del Comandante, Fidel Castro, las cuales hemos publicado inclusive en Documentos Especiales y publicados en Uruguay.

Y por último un deseo: el que Fidel siga disfrutando el privilegio de no solo observar, sino analizar los acontecimientos durante muchos años más. Egoístamente, tal vez parezca decirlo, pero en el bien de todos lo pedimos.

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