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En el escenario mundial hay cuatro hechos de inevitable desenlace a corto plazo: La resolución de la crisis recesiva mundial, el ataque militar a las usinas iraníes, Afganistán y la ocupación militar de Pakistán, otro conflicto armado en el Cáucaso o en Eurasia (como parte del teatro de la guerra fría EEUU-Rusia) y un ataque "terrorista" (o varios) similar al 11-S en Europa o EEUU. En todos los casos, el "terrorismo" (un arma estratégica de la guerra de Cuarta Generación) va actuar como elemento desencadenante y fusionante de los acontecimientos que se avecinan en el teatro de los conflictos internacionales por la preservación del orden imperial regente.
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El orden de esos acontecimientos a suceder será determinado por las necesidades coyunturales que tenga el Imperio USA-UE en el marco de sus relaciones globales económicas, geopolíticas y militares estratégicas. Los movimientos traumáticos (sean económicos, militares o "terroristas") en el tablero mundial no están marcados por caprichos personales de eventuales gobernantes sino por necesidades estratégicas de supervivencia inmediata que tienen los Estados imperiales y el sistema capitalista. En ese sentido, Bin Laden (que no se sabe exactamente si está vivo o muerto) y Al Qaeda son una valiosa carta que la CIA y los servicios estadounidenses y europeos siempre se reservan para resolver cualquier "salida" imperial (económica o militar) que requiera consenso internacional. Bien empleada, la herramienta "terrorismo" (un arma que combina la violencia militar con la Guerra de Cuarta Generación) tiene como objetivo central: Generar una conflicto (o una crisis) para luego aportar la solución más favorable a los intereses del que la emplea. Por ejemplo: El 11-S (activado por la CIA infiltrada en los grupos islámicos) en EEUU fue el detonante del conflicto, y la "guerra contraterrorista" posterior, y las invasiones a Afaganistán e Irak, fueron parte de la alternativa de solución. Entre los varios objetivos encubiertos del reciente atentado "terrorista" serial de tres días en la India, sobresale nítidamente el de preparar el "clima" y las condiciones para un desembarco militar de EEUU en Pakistán, un aliado caótico y desbocado que Washington necesita controlar en función de sus estrategia en Afganistán y en el resto de la región. El "terrorismo islámico", convertido desde el 11-S en única hipótesis válida de conflicto internacional (y como justificativo de base para intervenciones militares), es multifuncional en sus búsqueda de objetivos: Un atentado "terrorista" detonado a distancia (y por control remoto) multiplica planetariamente sus efectos de "miedo mundial" por medio de la manipulación mediática de las imágenes de destrucción que realizan las grandes mediáticas del Imperio. Y la interpretación del hecho "terrorista" por los grandes medios del sistema y sus analistas no es racional sino emocional: Al "terrorismo" no se lo analiza como un arma político-militar (con objetivos y beneficiarios políticos-económicos) sino que se lo presenta como un hecho "monstruoso y criminal" con un fin demencial y una resolución irracional en sí mismo. En este escenario de ocultamiento de las causas y los fines inteligentes y planificados del "acto terrorista" (un arma de guerra para conseguir objetivos, tan efectiva y mortal como cualquier otra), quien avance hacia la búsqueda de explicaciones y de posibles beneficiarios es tildado inmediatamente de "conspirativo". Así la CIA y los servicios estadounidenses y europeos consiguieron (además de entronizar la ignorancia) "nivelar el miedo" y utilizar indiscriminadamente al "terrorismo" (como arma de manipulación política) con la complicidad manifiesta de los grandes medios y comunicadores masivos que sólo se limitan a contar el "terrorismo" de acuerdo con las "fuentes oficiales".
Los testeos con las "amenazas"
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Como cualquier experto en inteligencia sabe, hay un primer movimiento en las técnicas "terroristas" que se denomina "testeo". Está técnica consiste en generar "efectos colaterales" de miedo sin llegar al atentado "terrorista" real, y su principal campo de acción son las "amenazas" y el "descubrimiento" (antes de que sucedan) de supuestos planes de ataques y atentados que son presentados a la prensa. En ese sentido, son ejemplos paradigmáticos los "comunicados" de Al Qaeda y las apariciones constantes de Bin Laden en los clásicos videos y grabaciones, así como las también constantes revelaciones y denuncias de "planes terroristas" por parte de EEUU, Gran Bretaña y los gobiernos de las principales potencias europeas. Tanto Washington como las potencias de la Unión Europea han mantenido históricamente denuncias constantes de "ataques terroristas islámicos" en planes de ejecución, pero que efectivamente no han sucedido, desde el 7 de julio de 2005, fecha del atentado terrorista al metro de Londres. Mediante estas operaciones de "testeo" (y de mantenimiento de la psicosis del miedo) los planificadores del USA-terrorismo de Estado imperial (disfrazado de "terrorismo islámico") mensuran el impacto emocional y seleccionan los posibles "blancos" de los ataques terroristas reales, principalmente en EEUU y Europa. Mediante estas operaciones, los estrategas y planificadores "testean" en diferentes escenarios (Europa, Asia o EEUU) el clima de "miedo" existente, o lo reactualizan para mantener activas las condiciones de manipulación con el "terrorismo". Decenas de operaciones de "testeo" con amenazas y descubrimiento de "planes terroristas" son realizadas anualmente tanto en Europa (principalmente Francia y Gran Bretaña) y EEUU, donde los "blancos" se sitúan (últimamente) preferentemente en el sistema de transporte de Nueva York. Esos ensayos les permite a los planificadores evaluar posibles reacciones sociales y políticas frente a un atentado real. En este terreno, la policía francesa "encontró" el martes una cantidad explosivos "listos para ser detonados" en los grandes almacenes Printemps de París, después de que se recibiera una carta de aviso de un grupo hasta ahora desconocido que se presentaba como el "Frente Afgano Revolucionario" y reclamaba la retirada de las tropas francesas de Afganistán.
El eje Irán-Afganistán-Pakistán-Europa
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Evidentemente, las operaciones de testeo con las amenazas y planes "terroristas" siguen concentradas en el eje Afganistán-Pakistán y en el escenario de las potencias europeas que tienen tropas en Afganistán, donde los talibanes están exterminando a los soldados de EEUU y la OTAN y ya controlan más del 70% del territorio afgano. Como se sabe, los gobiernos europeos, ante el enorme costo político y social que les acarrea, son cada vez más renuentes a mantener su alianza militar con EEUU en Afganistán (hasta ahora la guerra de ocupación más costosa y problemática para el Imperio) y algunos de ellos ya están pensando en retirarse de sus acuerdos militares con Washington. Las mismas potencias europeas, a su vez, tienen en su manos la "resolución final" sobre el programa nuclear iraní en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde el fin de la "opción diplomática" podría desencadenar a corto plazo acciones de endurecimiento económico y hasta sanciones militares contra Teherán. Las seis potencias del grupo "5+1" (EEUU, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) acordaron el martes con varios países árabes celebrar consultas periódicas sobre las "acciones" contra el programa nuclear de Irán. Israel y EEUU, por su parte, esgrimiendo informes (de la AIEA) donde se consigna que Irán ya está en condiciones de fabricar ojivas nucleares, presionan para embarcar a la OTAN y a las potencias europeas en acciones militares inmediatas contra Irán. Estos dos conflictos estratégicos centrales (Irán y Afganistán-Pakistán) son los que básicamente alimentan las operaciones con el "terrorismo", tanto en Asia como en las metrópolis europeas. Las "amenazas" (con las posibilidades siempre latentes de un "atentado real"), se orientan a dos objetivos principales:
A) Ablandar la masa de resistencia de los socios europeos nucleados en la OTAN para que continúen su alianza militar en Afganistán y legitimen posibles operaciones militares ya planificadas de ocupación en Pakistán, sobre todo en la frontera con Afganistán.
B) Preparar y crear las condiciones para acciones militares y de bloqueo económico contra Irán, antes de que este país alcance a desarrollar ojivas nucleares que pongan en peligro la supervivencia del Estado de Israel (la madre patria del sionismo capitalista que controla el mundo desde Washington y Nueva York).
Para ello es imprescindible generar un contexto asiático y europeo amenazado no solamente por el "terrorismo islámico" de Bin Laden y Al Qaeda, sino también por el "peligro nuclear iraní" que puede expandirse por Europa y EEUU. Esto explica sucintamente el eje Asia-Europa de las actuales operaciones con el "terrorismo" que -por ahora- ya se concretaron con un atentado real en la India, y siguen extendiendo su estela de nuevas amenazas tanto en la región como en las metrópolis de EEUU y Europa.
Resumiendo:
El "terrorismo" no es un objeto diabólico del fundamentalismo islámico, sino una herramienta de la Guerra de Cuarta Generación que la inteligencia estadounidense y europea están utilizando (en Asia y Europa) para mantener y consolidar la alianza USA-UE en el campo de las operaciones para derrotar a los talibanes en Afganistán, justificar acciones militares contra Irán antes de que convierta en potencia nuclear, y generar un posible 11-S para distraer la atención de la crisis recesiva mundial. Dentro de esta línea directriz, se van enmarcar los distintos acontecimientos de "amenazas" y "descubrimientos de complot terroristas" que se irán desarrollando en los próximos días tanto en Europa y EEUU como en la región asiática. El punto "nebuloso" de estas operaciones reside en precisar en que momento los estrategas del USA-terrorismo van a implementar el escenario de otro atentado real (inevitable) en Europa, Asia o EEUU. El "blanco", como ya se precisó más arriba, va estar determinado por el resultado y la evaluación de los "testeos" con las "amenazas" y los "complots terroristas". En el momento que EEUU decida atacar a las usinas nucleares de Teherán, o lance operaciones militares en Pakistán o en el Cáucaso, va a necesitar imperiosamente de un atentado terrorista real para ablandar la resistencia de los aliados y conseguir consenso internacional. Precisamente, esas son las funciones claves que viene cumpliendo el "terrorismo" (como arma de guerra imperial) desde el 11-S hasta aquí.
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(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
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