23 ago 2009

Honduras: Golpístas más fuertes que nunca



loultimoenpolitica.blogspot.com

A casi dos meses del golpe de Estado del pasado 28 de junio en Honduras, el depuesto presidente Manuel Zelaya enfrenta una carrera contra el tiempo impulsada por un cronograma electoral en marcha y un regreso que se dilata.


En ese contexto, Zelaya volvió a hablar de plazos y estableció que el 1 de septiembre será la fecha límite para la firma del Acuerdo de San José –promovido por el mandatario costarricense Oscar Arias–, que contempla su restitución.

El presidente depuesto confía en que los cancilleres que integran la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) lograrán convencer este lunes al gobierno interino de Roberto Micheletti de dar un paso al costado.

Desde el entorno de la presidencia surgida tras el golpe de junio, apuestan sus fichas a las elecciones del 29 de noviembre, cuya campaña lectoral comenzará oficialmente el mes que viene.

En ese sentido fundan su legitimidad en el hecho de que el comicio había sido convocado antes del golpe y que las candidaturas ya estaban inscritas.

Campaña y resistencia

“Zelaya no puede ser restituido. Se resquebrajaría todo el esquema jurídico del país y eso se le ha tratado de demostrar a las personas que están intentando mediar por Honduras”, le dijo a BBC Mundo la vicecanciller interina Martha Lorena Alvarado.

“Siento que hemos adelantado porque al principio se nos decía ‘dentro de 72 horas tendrá que regresar el señor Zelaya’, después decían ‘viene sin condiciones’, ahora ‘con condiciones’. Siento que la evidencia de lo que estaba detrás ha aflorado y el tiempo nos ha favorecido en ese sentido”, explicó.

Alvarado detalló que “el proceso electoral está sumamente planificado, empieza a renacer el entusiasmo de los partidos políticos y yo siento que el país se está enfilando hacia las elecciones”.

“En América Latina, a nivel de los gobiernos y los pueblos, se mantiene una posición de rechazo al golpe de Estado, de no reconocer al gobierno golpista y de reconocer al presidente Zelaya”, afirmó a su turno Juan Barahona, coordinador del Bloque Popular, un conglomerado de organizaciones sociales y sindicales que respalda el regreso del mandatario depuesto.

En diálogo con BBC Mundo, Barahona aseguró que “la resistencia ha crecido enormemente en toda Honduras” y anticipó que realizarán un “boicot” a las elecciones de noviembre, si antes no se produce la restitución del mandatario depuesto.

“Ir a elecciones bajo este régimen golpista sería elegir a un presidente que se convertiría en la continuación del golpismo”, sintetizó el dirigente.

La presión exterior

Fuera de Honduras hay quienes creen que el paso del tiempo juega en contra del mandatario depuesto y otros avizoran un escenario a largo plazo que contemplaría un regreso de Zelaya por el camino de las urnas.

“Se acercan las elecciones y creo que no hay mucho espacio para recuperar el gobierno constitucional. Los tiempos corren a favor de los golpistas”, sostuvo Juan Carlos Monedero, director de la Escuela Latinoamericana de Gobierno, Políticas Públicas y Ciudadanía de la Universidad Complutense de Madrid.

Consultado por BBC Mundo, Monedero analizó la situación hondureña dentro del ámbito de las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica.

“La administración de Barack Obama ha decidido jugar al policía bueno y al policía malo. El policía bueno es Obama que habla de cambio climático, que condena el golpe, que escucha en Trinidad y Tobago el cuaderno de quejas de América Latina; pero al mismo tiempo deja que Hillary Clinton, con sus conexiones, con lo que es el entramado militar industrial, siga trabajando en una lógica muy tradicional”, detalló.

Para Monedero, más allá de las declaraciones formales, desde Washington no se tomaron medidas más drásticas contra el gobierno de Micheletti, como “el congelamiento de cuentas, el cierre absoluto de cualquier tipo de visa, el retiro radical de cualquier tipo de embajador”.

Efectos a largo plazo

Norma Domínguez, especialista en política latinoamericana del Centro de Estudios Nueva Mayoría con sede en Buenos Aires, cree que –a largo plazo – la dilación del regreso terminará jugando a favor del presidente depuesto.

“De alguna manera la imagen de Zelaya se martiriza. No van a poder reformar la Constitución en lo inmediato, pero si lo llegaran a hacer, con el tiempo Zelaya podría presentarse como el candidato de la democracia o como una víctima”, indicó.

Según Domínguez, el proceso que se inició a partir del golpe de Estado “ha desgastado a los candidatos de los partidos tradicionales”.

“La opinión pública reconoce que Zelaya quiso violar la Constitución al querer ser reelecto presidente, pero por otro lado también reconoce que hubo un golpe de Estado y defiende la democracia. Eso desde la visión del Latinobarómetro y las últimas encuestas que se han hecho”. Fuente: Por Ricardo Benassi - BBC

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