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El Gobierno de facto de Honduras desafió el martes a una misión de la OEA que visita el país buscando una salida a la crisis tras el golpe contra el presidente Manuel Zelaya, a la que dijo no temer al aislamiento internacional y que habrá elecciones sean o no reconocidas.
El presidente interino, Roberto Micheletti, dijo a un grupo de cancilleres de países de la OEA que el Gobierno de facto organizará elecciones presidenciales en noviembre, como estaba previsto, a pesar de advertencias de países latinoamericanos de que no reconocerán al ganador como el sucesor de Zelaya.
"Van a haber elecciones, las reconozcan o no las reconozcan los países del mundo", dijo Micheletti a los cancilleres de Argentina, Canadá, Costa Rica, Jamaica, México, Panamá y República Dominicana, que llegaron el lunes a Tegucigalpa junto con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
"No tenemos miedo al embargo de nadie. Ya analizamos con toda puntualidad, con toda firmeza, que este país puede salir adelante sin el apoyo de ustedes y de otros países", retó Micheletti, reunido con la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la casa presidencial.
Los cancilleres e Insulza llegaron el lunes a la empobrecida Honduras en un intento por reflotar el acuerdo de San José, una propuesta del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, para permitir el regreso al poder de Zelaya, quien fue sacado a punta de rifle del país el 28 de junio.
Micheletti reiteró estar dispuesto a renunciar para permitir la asunción de manera interina de otro presidente que no fuera él ni Zelaya, pero dijo que no permitirá imposiciones desde el exterior.
"Aquí nadie puede venir a imponernos absolutamente nada, a menos que vengan tropas", señaló, refiriéndose al regreso del depuesto mandatario.
Estados Unidos, que ha condenado el golpe de Estado, dijo el martes que redujo las emisiones de visas en Honduras, en un intento por presionar al Gobierno de Micheletti, lo que siguió a otras medidas como la suspensión de la ayuda militar en julio y la revocación de algunas visas diplomáticas.
Zelaya, actualmente en la vecina Nicaragua, exige que Washington tome medidas más duras contra el Gobierno de facto, a lo que el presidente Barack Obama respondió diciendo que es hipócrita pedir más intervención estadounidense cuando en el pasado se rechazaba.
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