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Washington celebra este lunes y martes una cumbre excepcional sobre "seguridad nuclear" con participación de 47 naciones, y en cuyo eje de debate se encuentra la hipótesis de la guerra contra el "terrorismo nuclear" que incluye a Irán y Corea del Norte en el centro de la escena.
L
a cumbre, no por casualidad, se celebra en momentos de una nueva escalada del conflicto con Irán cuyas autoridades anunciaron que continuarán con su programa nuclear pese a las advertencias formuladas por EEUU y las potencias que debaten un nueva ronda de durísima sanciones contra Teherán.
Marcando el escenario de la cumbre, y continuando con el legado "antiterrorista" de Bush, el gerente eventual de la Casa Blanca, Barack Obama advirtió el domingo que "La mayor amenaza a la seguridad de Estados Unidos, a corto, mediano y largo plazo, sería la posibilidad de que una organización terrorista obtenga un arma nuclear".
El presidente del Imperio sentenció que "organizaciones como Al Qaeda están en proceso de tratar de hacerse de un arma nuclear, un arma de destrucción masiva que no tienen reparos de utilizar".
Formalmente, el encuentro busca coordinar políticas para garantizar que los materiales y las instalaciones nucleares sean manejadas con seguridad, y evitar que caigan en manos de "grupos extremistas", señalados por los principales servicios de inteligencia "occidentales" como la "mayor amenaza terrorista".
El número y el "alto perfil" de las potencias del "club nuclear" que integran el cónclave eleva el encuentro como la reunión sobre "seguridad nuclear" más importante de los últimos años.
Entre los asistentes se destacan los líderes de las cinco potencias del "club nuclear": el presidente de Rusia, Dmitri Medvedev; el primer ministro de Gran Bretaña, Gordon Brown; el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy y sobre todo, el presidente de China, Hu Jintao, quien por primera vez participa en un encuentro de este tipo.
El "terrorismo nuclear", Irán y Corea del Norte son la "mayor preocupación" que sobrevuela la cumbre, según la apreciación de la prensa norteamericana.
Irán y Correa del Norte figuran en el centro del "terrorismo nuclear" en el último documento USA de la Revisión de la Postura Nuclear, difundido, no por casualidad, la semana pasada por el Pentágono.
Además, y como agregado de tensión, la cumbre arranca con el anuncio de Teherán, el viernes pasado, de que dispone de "centrífugas de tercera generación" para un mejor enriquecimiento del uranio, proceso clave en la producción de armas atómicas.
La Casa Blanca afirmó que el anuncio de Teherán confirma las "nefastas intenciones" de los iraníes, señalando que tratará de convencer a los presidentes de China y Rusia de superar la renuencia a imponer sanciones a Irán dentro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
No obstante, China y Rusia, países con poder de veto en el Consejo de Seguridad, ya advirtieron de no estar convencidos de que la profundización de las sanciones sea la mejor manera de convencer a Teherán para que demuestre que su programa nuclear no tiene intenciones armamentistas.
Si el Consejo llegara a aprobar un nuevo cuerpo de sanciones es posible que Pekín o Moscú decida vetarlo, quitándole toda efectividad, estiman la prensa europea y estadounidense.
EEUU y Francia (que expresan los deseos de Israel) abogaron para que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas decida sobre nuevas sanciones a Irán en "semanas" y no "meses", dada la continuidad del programa nuclear iraní del que sospechan que tiene fines militares.
"Mi esperanza es que vamos a tener esto listo para esta primavera", dijo el presidente estadounidense, Barack Obama, durante un presentación conjunta con su colega francés, Nicolas Sarkozy, en la Casa Blanca.
"No estoy interesado en esperar meses. Estoy interesado en ver este régimen (de sanciones) en marcha dentro de semanas", aseguró Obama, quien se había reunido previamente con Sarkozy en la residencia presidencial estadounidense.
Sarkozy dijo que su posición era "inseparable" de la de Obama y agregó que "Irán no puede continuar en esta loca carrera (por adquirir armas nucleares)".
"Ha llegado el momento de tomar una decisión", aseveró el mandatario francés y añadió que tanto él como sus colegas del Reino Unido, Gordon Brown, y de Alemania, Ángela Merkel, harán "todos los esfuerzos necesarios" para que las sanciones se concreten.
El trámite y el escenario de la cumbre que comienza tiene el sesgo y la impronta de Washington, el país convocante y anfitrión.
El "terrorismo nuclear", Irán y Corea del Norte son las mayores preocupaciones del gobierno de EEUU, señala claramente el documento que describe el uso del arsenal atómico, difundido la semana pasada por el Pentágono.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el secretario de Defensa, Robert Gates, presentaron el documento de 77 páginas en el que se define la estrategia nuclear para los próxima década.
"Estamos recalibrando nuestras prioridades para prevenir la proliferación nuclear y el terrorismo nuclear. Estamos reduciendo el rol y el número de armas en nuestro arsenal nuclear al tiempo que mantenemos una segura y efectiva disuasión nuclear para proteger nuestra nación y nuestros aliados", aseguró Clinton, resumiendo los principales puntos del documento.
Obviando que Israel, la sexta potencia nuclear según varios expertos, que nunca ajustó sus arsenales a ningún control internacional, al presentar el documento el jefe del Pentágono, Robert Gates, señaló que "Si no van a cumplir con las reglas y van a convertirse en proliferadores nucleares, entonces todas las opciones están sobre la mesa",
refiriéndose al tratamiento que recibirían países como Corea del Norte o Irán, que Washington considera que no respetan el TNP.
"La doctrina nuclear contiene un serio llamamiento dirigido a Irán y Corea del Norte. Estamos haciendo una excepción a los países como Irán y Corea del Norte, que no acatan los principios del Tratado de No Proliferación", expresó Gates.
"La doctrina nuclear de EEUU de hecho no excluye la posibilidad de asestar un golpe contra Irán y Corea del Norte", añadió el jefe del Pentágono.
"Como el presidente ha dejado claro, el peligro más inmediato y extremo es el terrorismo nuclear, al-Qaeda y sus aliados extremistas están buscando armas nucleares. Debemos asumir que las usarán si logran obtenerlas", señaló el secretario Gates durante su presentación.
Este espíritu "preventivo" contra el "terrorismo nuclear" representado por Irán y Corea del Norte va a trazar los ejes de discusión de la cumbre que este lunes comienza en Washington.
La cuestión no es nueva. Obama y su administración no hacen nada más que seguir los lineamientos doctrinarios de la "guerra contraterrorista" iniciada por George W. Bush que tiene a Irán y a su programa nuclear en el centro de la escena.
Obama cuenta con la adhesión del ex director de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), el egipcio Mohamed ElBaradei, quien dijo al diario francés Journal du Dimanche que "la mayor amenaza que planea sobre el mundo es que los extremistas puedan tener acceso a la bomba atómica".
Los secretarios estadounidenses de Defensa, Robert Gates, y de Estado, Hillary Clinton, volvieron a aparecer juntos el domingo en una serie de entrevistas televisivas, donde insistieron sobre el "peligro" que representa el proyecto nuclear deTeherán.
Clinton, de su lado, destacó que la "paciencia estratégica" de Estados Unidos permitió obtener el apoyo internacional para sancionar a Irán. Su comentario deja traslucir la esperanza de Washington de que pronto obtendrá el aval de China para imponer nuevas sanciones a Teherán en la ONU.
"Todas las opciones", incluidas las militares y nucleares, están sobre la mesa para Washington con respecto a Irán y Corea del Norte, pues son países "que no respetan el Tratado de No Proliferación Nuclear", volvió a reafirmar Gates, esta vez por la cadena CBS.
Irán en la mira nuclear
Obama y su administración siguen los pasos de Bush.
En abril de 2006, durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, el presidente de EEUU, George W. Bush, ya había admitido por primera vez que todas las opciones, incluso el uso de la fuerza nuclear, están "sobre la mesa" para impedir que Irán desarrolle armas nucleares.
Era la primera que Bush, ante la pregunta de si EEUU barajaba la posibilidad de un ataque nuclear contra Irán, respondió afirmativamente incluyéndolo tácitamente como parte del "uso de la fuerza".
Tras los reiterados anuncios del presidente Ahmadineyad de que Irán ya forma parte de los países "nuclearizados" del mundo, la crisis experimentó una escalada con amenazas mediáticas, tanto de Irán como de EEUU, y una creciente reacción de las potencias capitalistas involucradas en el conflicto.
La noticia de que Irán está en condiciones de fabricar una bomba nuclear desató una "bomba mediática" con inmediatas respuestas de las potencias aludidas. Según vienen advirtiendo expertos militares y medios estadounidenses y europeos, la nueva doctrina militar y los planes del Pentágono contemplan dar golpes demoledores y de extrema precisión al "terrorismo internacional" utilizando armas nucleares tácticas de "baja intensidad" (ataque nuclear "quirúrgico).
Rusia y sus expertos denunciaron una treta para incorporar a los "Trident", ojivas nucleares de "bajo rendimiento" ("mini-bombas" nucleares), para ser utilizadas, por ejemplo, en objetivos situados en países del "eje del mal" que se encuentren en la mira de invasión de Washington, como es el caso de Irán
La especulación en torno a un ataque de EE.UU. contra Irán escaló desde que la revista New Yorker y el diario The Washington Post publicaran que Washington estaría considerando usar armas nucleares tácticas para destruir las instalaciones subterráneas iraníes.
Ambas publicaciones indicaban que los ataques "no se realizarían a corto plazo", pero que la Casa Blanca "los considera como una opción posible" y prevé usarlos como una amenaza "para convencer a Irán de que esto es algo cada vez más serio".
Una de las opciones para el ataque -según coincidieron las dos publicacionees- comprende la utilización de armas nucleares tácticas de destrucción de búnker, para destruir la principal planta de producción nuclear iraní situada en Natanz, en el centro de Irán, donde se concentran las actividades para el enriquecimiento de uranio.
Desde hace cuatro años, los servicios estadounidenses y europeos, tambien vienen advirtiendo que Al Qaeda y algunas variantes del "terrorismo islámico" ya cuentan -o están en proceso de contar- con armas nucleares capaces de activar explosiones limitadas, pero de efecto devastador, en ciudades claves de Europa o de EEUU.
En este marco de "debate" se va a desarrollar la cumbre nuclear que hoy comienza en Washington.
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